Caucho Metal no sabe qué pasará con la planta a partir de setiembre
El futuro de Caucho Metal de Viana, empresa química que trabaja para el sector de la automoción, no está nada claro. La dirección empezó su desmantelamiento con el traslado a Rumania de maquinaria y la no renovación de 25 contratos eventuales, pero por el momento no aclara más. El comité asegura que no sabe qué va a pasar con ellos a partir de setiembre y la dirección además, dice que la viabilidad de la planta está en manos de la plantilla.
VIANA
Los cerca de cien trabajadores de la planta de Caucho Metal en Viana «tienen miedo». Miedo a cuál será su situación dentro de un mes escaso, justo «cuando acaban las últimas cuentas hechas por la dirección». Por el momento no saben nada, «más que lo que ha aparecido en prensa». La última reunión que mantuvo el comité con la dirección vino precedida por la denuncia de desmantelamiento de UGT. «Este proceso se materializó con la no renovación de 25 contratos eventuales y en la paralización y desmontaje de una máquina, a la que siguieron después otras dos», explica Francisco Javier Vellisca, delegado de UGT en la planta. Pero en la reunión del pasado miércoles día 23 tampoco les aclararon nada más. «La dirección no nos ha dicho nada nuevo. Nos asegura que no tiene pensado cerrar la fábrica, que lo de Rumania son exigencias del cliente y poco más», explica Vellisca.
«Puede pasar de todo»
«Yo entré en la reunión igual que salí. Nos dijeron que no nos pueden asegurar si esto va a durar un mes, dos o diez años, pero que de momento no tienen previsto cerrar, de momento. Pero claro, sus cuentas están hechas hasta setiembre. A partir de entonces puede pasar de todo», denuncia Natalia Miguelez, delegada de LAB en la fábrica de Viana. «Es algo muy gracioso -añade Miguelez- el año pasado ya sabían lo de Rumania, pero sin embargo, a nosotros no nos pueden asegurar qué va a pasar con la planta dentro de dos meses». Por el momento los dos delegados aseguran que esperarán a mediados de setiembre, «a cuando llegue de las vacaciones el último turno de trabajadores», para poder así informar a todos sobre la situación y poder tomar una decisión. «Tenemos que reunirnos todos y pensar qué hacer», señala Vellisca. Miguelez denuncia además que «la empresa está desacreditando al comité y muchos de los trabajadores creen que tenemos la culpa de lo que está pasando. Pero no es así, hemos hecho lo que teníamos que hacer y no hemos dicho nada que no fuera verdad».
Exigencias del cliente
Y es que la empresa aclaró la semana pasada, tras el anuncio de desmantelamiento hecho por UGT, que su implantación en Rumania responde a «exigencias del cliente, como condición necesaria para optar a pedidos». La dirección explicó que esta exigencia «implica estar ubicado donde el cliente exige como condición necesaria para optar a pedidos» y que «la localización enRumania responde a las exigencias anteriormente explicadas, ya que es en estos países donde está creciendo la industria de automoción». Algo que no convence a los trabajadores. «Nos dicen que son una empresa global, es decir un proyecto global, y que tienen que estar en todos los sitios, pero no nos dicen si se quedarán en Viana», aclara Vellisca. El sindicato CCOO, que tiene también tres delegados en la planta al igual que UGT y LAB, solicitó a las administraciones públicas su intervención para «aclarar el futuro de la planta». En ese sentido, consideró necesario que desde elGobierno de Nafarroa «se haga un rápido movimiento para conocer las intenciones de la empresa y no esperar noticias que luego se conviertan en irremediables». Por todo ello el sindicato señaló que en estas situaciones «se hacen más necesarios los Observatorios Industriales que analicen los sectores industriales y anticipen los cambios». Pero el caso es que ni el comité, y mucho menos el resto de trabajadores, saben qué va a pasar con la planta y tendrán que esperar a la próxima reunión del 6 de setiembre para intentar obtener más información sobre su futuro.
La viabilidad de la empresa
R.C.
VIANA La dirección de la empresa Caucho Metal de Viana aseguró en la última reunión que mantuvo con el comité de empresa que «quien tiene que asegurar la viabilidad de la empresa es el obrero», según aclara la delegada de LAB en la planta Natalia Miguelez. Además, la dirección les recordó que la planta «va mal» desde hace unos dos años. «Nos dejó muy claro que lo que va mal en la empresa es el absentismo laboral y la calidad y el coste de la productividad», añade Miguelez, por lo que son los mismos trabajadores «quienes nos tenemos que sacrificar por ella, ya que depende de nosotros el mejorarla y asegurar la viabilidad de la producción en la planta».
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