Un preso aparece ahorcado en la cárcel de Iruñea
Ahorcado con una sábana anudada a los barrotes de la celda. Así apareció ayer el cadáver del joven T.V.Ch., de 21 años de edad y vecino de Iruñea, que cumplía en la cárcel de la capital navarra una condena de 18 meses por robo con violencia. Como ocurre habitualmente en este tipo de sucesos, la información oficial fue muy escasa.
IRUÑEA
Según informaron fuentes de la Delegación del Gobierno español en Nafarroa, el cuerpo sin vida de T.V. Ch. fue encontrado por un funcionario de la cárcel de Iruñea cuando realizaba un recuento de reclusos en el departamento de jóvenes, a las 7.45 horas de ayer. Este joven, natural y vecino de la capital navarra, se encontraba ahorcado con una sábana anudada a los barrotes de la celda. Su cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal para realizarle la autopsia, mientras especialistas de la Policía Nacional española y de la Guardia Civil se encargaban de las diligencias del caso. T.V.Ch. había ingresado en la prisión de Iruñea en noviembre de 2005 por un delito de robo con violencia y lesiones a otro joven. Las mismas fuentes de la Delegación informaron de que tenía antecedentes de un ingreso preventivo en octubre de 2003 por un delito similar. El hecho de que se hubiera suicidado cuando apenas le quedaban unos meses para cumplir la condena hizo pensar que no fueran necesariamente asuntos relacionados con la prisión los que le empujaron a tomar esa decisión, sino que quizás pudiera tener problemas con el exterior de la cárcel. «Siguiendo nuestro protocolo habitual, hasta que no hablemos con la familia y con los compañeros presos del fallecido, no haremos una valoración de este caso», anunció Manolo Ledesma, abogado y miembro de Salhaketa. «Desde nuestro punto de vista añadió el tema de los suicidios en prisión lo relacionamos mucho con la necesidad de disponer de tratamiento de tipo mental dentro del propio centro penitenciario. Creemos que se trata sobre todo de un problema de salud mental». Al igual que ocurre en el resto de prisiones vascas, en la cárcel de Iruñea hay un sicólogo asignado a la misma, pero no existe en la actualidad ningún siquiatra adjunto que entre a la cárcel a tratar a los presos que lo necesitan.
Críticas al actual protocolo
En el Estado español hay prisiones que tienen asignados tratamientos de este tipo, normalmente gracias a la colaboración con instituciones de la comunidad en que se encuentren ubicadas. En la actualidad, sólo disponen de servicio de siquiatría para reclusos las prisiones de Sevilla y Picasén (Valencia).El resto de las cárceles suele aplicar para los casos de previsibles suicidios un protocolo de actuación que ha sido criticado por asociaciones y colectivos que trabajan a favor de los derechos de los presos. Este protocolo consiste en asignar un recluso de confianza al preso que puede tender al suicidio, a fin de que le haga un seguimiento para procurar que no se suicide. La falta de preparación del «recluso de confianza» para abordar una problemática tan compleja es uno de los aspectos más criticados por estas asociaciones. Según Salhaketa, en estos momentos existen en la cárcel de Iruñea varios casos más de personas con tendencia al suicidio, siendo el más grave el de una mujer. «El hecho de que el siquiatra no pueda entrar a la cárcel impide que se pueda hacer un tratamiento adecuado con estas personas en esas condiciones», manifestó Ledesma.
11 muertos en cárceles vascas desde 2005
IRUÑEA
Desde enero de 2005 han muerto un total de once personas en las cárceles de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, según datos recopilados por Salhaketa. El último caso se produjo hace menos de un mes, concretamente el pasado día 3, en la prisión de Martutene, y el fallecido fue un joven de 27 años. Sobre ese caso no hubo «ningún tipo de información oficial», recordaba ayer el abogado de Salhaketa César Manzanos.De las once muertes ocurridas en el último año y medio, sólo una se produjo en la prisión de Iruñea. Ocurrió el día 7 de octubre de 2005 y el fallecido fue M.A.G.R., de 41 años de edad. Todavía existen dudas de si se trató de un suicidio o de una sobredosis de drogas. En un primer momento se le hizo la autopsia y más tarde hubo una solicitud para realizar un análisis de tóxicos. El caso todavía sigue abierto en el Juzgado de Instrucción de Iruñea. Langraiz, con seis muertos, es la cárcel vasca con mayor número de muertos desde 2005. Otros dos se han producido en Martutene, dos más en Iruñea y uno en la Unidad de Custodia Especial de Basurto.
La necesidad de un siquiatra ha sido expuesta en el Parlamento
I.V.
IRUÑEA La necesidad de contar en las cárceles, y en concreto en la de Iruñea, con un servicio de siquiatría para los reclusos, es un planteamiento que viene haciendo Salhaketa desde hace varios años. Con motivo del debate en torno a la construcción de la nueva prisión de Iruñea, esta asociación pidió en el Parlamento de Nafarroa la creación de una ponencia para hablar no sólo del tamaño y ubicación del futuro centro penitenciario, sino también de las múltiples problemáticas relacionadas con las personas reclusas. Esta ponencia fue creada en la Comisión de Bienestar Social, y a lo largo de este año han pasado por ella representantes de todos los colectivos y asociaciones que trabajan en cuestiones relacionadas con la problemática carcelaria. Uno de los asuntos que planteó Salhaketa en esta comisión fue precisamente la necesidad de contar con un siquiatra adjunto o con algún sistema de tratamiento de los presos con problemas de tipo mental que les pueden inducir al suicidio. Esta misma reivindicación fue planteada el pasado mes de junio por la Defensora del Pueblo Navarro. En un informe remitido a esta comisión parlamentaria, María Jesús Aranda recogía la necesidad de que los presos que lo requieran dispongan de servicio de siquiatría. De momento, la comisión parlamentaria no ha adoptado ninguna resolución.
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