La villa alavesa de Artziniega viaja mañana al siglo XV
Una auténtica ciudad medieval. Así será mañana la villa alavesa de Artziniega, que se viste para la ocasión en su noveno mercado de antaño, uno de los mejores en Euskal Herria, y que espera recibir a miles de visitantes. El casco viejo aguarda con la mirada puesta en el siglo XV.
ARTZINIEGA
Desde hace más de una semana la recreación de una puerta de cartón-piedra, que rememora lo que pudo ser el antiguo acceso a la villa, advierte a lugareños y extraños de que el anual mercado de antaño está próximo. Desde el pasado miércoles, en las tres calles, cantones y plazas del casco viejo de la localidad alavesa cuelgan los pendones. Desde hace unos días, en la Erdiko Plaza los corrales aguardan la llegada de conejos, burros, ovejas, cabras, vacas, cerdos, caballos y demás animales que hoy empiezan a llegar. Desde este sábado también, todo el centro histórico estará cerrado al tránsito de vehículos. Letreros, señales de tráfico, todo resquicio de siglo XXI es ocultado para la cita de mañana domingo. Noveno mercado de antaño, al que cada año acuden miles y miles de visitantes no sólo de la propia Araba o la limítrofe Bizkaia, sino del resto de territorios vascos. Y es que estamos ante una de las mejores citas medievales vascas, junto a la de Erriberri.La asociación Dolaretxe, que desde hace ya unos años se encarga con mimo de ordenar este gran mercado que viste con trajes de antaño a más de medio millar de vecinos, no repara en novedades a pesar de estas ya nueve ediciones. Con motivo de los cuatro siglos de vida del convento de clausura de las Madres Agustinas, éstas abrirán al público su claustro y una muestra de manuscritos antiguos y cantos gregoriales. Precisamente, a las 11.00 de mañana, justo una hora después de abierto el mercado, la parroquia de la Asunción, en el mismo casco viejo, acogerá una eucarestía que será cantada en gregoriano por el Coro de Gregoristas de Gasteiz. También intervendrá el Coro de Gaubea, todo ello bajo la dirección de Antxon Lete y con la organista Ana Aldayturriaga. No será la única novedad. Dolaretxe ha rebuscado en la historia de la villa y presentará el auténtico tocado medieval que vestían las mujeres del pueblo en el siglo XV, gracias a las imágenes del retablo del santuario de la Encina y de otras pinturas.
Las torturas de la Inquisición
Del mismo modo, uno de los lugares que más expectación levantó el año pasado, una auténtica galería del terror y la tortura que empleaba la Inquisición no apta para infantes, advierte la organización, será abierta también hoy, para que los vecinos del municipio puedan contemplarla y no «torturarse» con las colas de mañana. La vieja fragua que gestiona la asociación Artea, encargada del museo etnográfico, echará chispas todo el día, mientras a su lado se mostrará la elaboración de jabón de sosa y de txintxortas. Serán sesenta puestos de venta y una variada muestra de oficios, en muchos de los cuales participan habitantes del propio municipio, que darán vida a las calles. Lo mismo harán los cuentacuentos, saltinbamquis, magos, la caballería que se abrirá paso por las calles, el grupo de percusión Builaka y sus ruidosos tambores, el teatro de calle con actores locales del grupo Euri Antzerki Taldea y un fin de fiesta, sobre las 20.00, que correrá a cargo del grupo Ale hop. Una hora después, se servirá una sopa de ajo con la que cientos de personas despiden esta memorable jornada. Nada quedará al azar mañana. El Ayuntamiento acondiciona cientos de plazas de aparcamiento en campas próximas al núcleo urbano, servicio de Bizkaibus con más horarios desde Bilbo, se ofrece servicio de catering en el frontón municipal al precio de 12 euros, y todos los bares y restaurantes se aprestan a servir al visitante para que no ocurra lo que el primer año cuando aquella feria inauguró la posterior «fiebre» de este tipo de eventos medievales por toda Euskal Herria, que la asistencia desbordó todas las previsiones y acabó con el agua y el pan en toda Artziniega.
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