Raimundo Fitero
Llantos
Llorar de emoción es una manera balsámica de incentivar el lacrimal. Si contamos los llantos que vemos por televisión al día, nos asustaríamos por el gran número de escenas en donde el llanto y el sorber los mocos forma parte del mensaje. En todos los segmentos programáticos, desde los seriales, especialmente los culebrones tan propensos a subrayar las emociones a base de excesos, como los funerales, de las víctimas de la violencia doméstica, que ha entrado en una espiral que dicen los sicólogos que se trata de mimetismo, pero que al suicidarse el asesino, se corta cualquier posibilidad de castigo público. Llantos por la muerte de mujeres que han llorado demasiado.Los cayucos también nos llegan con llantos, los reality se nutren de escenas de lloriqueos, pero el llanto más emocionante que he visto en esta fin de semana es el de Pau Gasol, el gigantón, herido en el banquillo, llorando de alegría al ver como su equipo ganaba la medalla de oro. Un partido denso en los primeros minutos, pero que se rompió rápidamente por una suerte de trabajo colectivo, de jugar a la griega contra los griegos. Y ahora viene lo bueno: Antonio Montes se comportó de una manera inmejorable, sin patriotismos baratos, animando, animado, pero sin pasarse ni un pelín, demostrando su profesionalidad y, desde luego, su conocimiento del baloncesto. Y La Sexta se apunta un buen triunfo, con una realización amena, cercana, sin engolamientos y muy bien servida, es decir poniendo la cadena al servicio del evento. ¿Recuerdan los llantos de Julen Guerrero hace una semana en su despedida? ¿Qué manera de llorar! ¡Qué sentimiento! Pues ya ha encontrado donde mamar y donde amargar a los demás. Retransmite con el señor de La Casa los partidos de la selección española de fútbol por la primera de TVE. El no va más del aburrimiento. La obviedad elevada a la enésima potencia. ¿Por qué no le ponen un micrófono a Raúl, o a su fantasma, y así completan el aburrimiento y lo hacen insustituible y perpetuo como si fuese una estatua ecuestre? Los de Luis Aragonés ganaron, porque era imposible peder ante jugadores tan malos. ETB-1 ya ha encontrado el filón futbolístico de los sábados. Para llorar. -
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