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Gara > Idatzia > Kultura 2006-09-04
Izkander FERNANDEZ
Perlas, asnos y rarezas
Tercera y �ltima jornada del Azkena Rock 2006 y una de las m�s multitudinarias de los cinco a�os de historia del festival. Gracias a la presencia de Pearl Jam, el ARF logr� batir el r�cord de asistencia en un solo d�a (19.500 asistentes) y el de asistencia global con 44.000 personas. La organizaci�n valora muy positivamente esta quinta edici�n.

Yo vengo de una �poca en la que en las revistas rockeras hab�a anuncios del festival de Reading que nos hac�a retorcernos de dolor porque a nuestra edad no se nos permit�a tomar un avi�n y dar con los huesos en un evento que reun�a a lo mejor de una de las d�cadas m�s floridas de la historia del rock: los 90. Crec� musicalmente en unos a�os en los que dif�cilmente nos imagin�bamos que en Euskal Herria �bamos a tener tres festivales tan buenos como el Bilbao Live, el Metalway y, sobre todo, el Azkena Rock.

En los 90 escuch�bamos Pearl Jam y Nirvana en la radio sin demasiado esfuerzo. Era lo que hab�a. Y me consta que Gorka, Rubio y Aitor, las tres cabezas de Berri Txarrak, tambi�n. Los navarros fueron el primer grupo cre�ble de la tercera jornada del ARF, un orgullo generacional. Ver a esos tres t�os parti�ndose la espalda en un horario completamente injusto (17.00 horas), despu�s de recorrerse miles de kil�metros (ven�an desde Munich), te hace sacar pecho y cantar sus canciones como si fuesen tuyas. Los de Lekunberri ofrecieron 45 minutos de ensue�o. Todo lo contrario que Kriston, encargado de abrir un festival que, a todas luces, le ven�a grande, sobre todo por su actual grado de desconcierto y confusi�n.

Leyendas de callejones

Tras Berri Txarrak les lleg� el turno a dos leyendas de los callejones: Kim Salmon y The Nomads, personajes que cuando yo comenzaba a poner mis primeros discos resguardado en la intimidad de mi dormitorio, eran aut�nticos s�per h�roes del underground. Su suerte fue distinta. Kim Salmon ofreci� una actuaci�n lineal que no pas� de lo anecd�tico y casual. Su sonido del pantano, apocal�ptico con regusto a roca arenosa se atragant� del todo. The Nomads fue otra cosa gracias a lo resolutivo de su discurso musical y a su papel de padres del high energy escandinavo, ese estilo que ha alumbrado a los Hellacopters, Turbonegro, Gluecifer y Backyard Babies de turno.

La pre-cena fue para Supagroup, un cruce c�mico entre AC/DC, Aerosmith y Van Halen que deber�a vender millones de discos y llenar estadios pero que, v�ctimas de la escena rockera actual en la que peleles como The Strokes o Franz Ferdinand son los amos, tendr� que sufrir lo indecible para mantenerse en primera l�nea y no parecer una panda de nost�lgicos. Su directo fue efectivo, divertido y grandioso.

Afortunadamente y aunque no sea algo com�n, hay j�venes, m�s j�venes que los que lo fuimos en los 90, que no se centran en los videojuegos, en mandar sms por el m�vil y en vender su alma al tecno moderno. Wolfmother son un claro ejemplo de ello.

Tres australianos que con apenas veinte a�os le dan al rock a�ejo y setentero como si lo hubiesen vivido en primera persona. Su resultado es inmejorable y queda perfectamente plasmado en su gran deb� hom�nimo y en el directo que despleg� en Gasteiz. Voz a lo Robert Plant, desarrollos sabbathicos y teclados p�rpuras para una manifestaci�n en�rgica de lo que fue el rock y lo que puede ser si a estos tipos les dan manga ancha. De momento, por las cr�ticas recibidas, parece que la tienen.

Desde la organizaci�n se peg� un toque: si el a�o pasado era el de Wilco, �ste es el de My Morning Jacket. Son� pretencioso y fue pretencioso. Pese a ello, Last Tour International, la empresa promotora del ARF, se jug� los cuartos colocando a MMJ en horario de prime time y algunos se lo agradecer�n enormemente.

El de My Morning Jacket fue un ejercicio colosal: rock progresivo, sinf�nico, country alternativo, lirismo desbordante, tensi�n elevada al infinito, discurso para privilegiados y ostentaci�n de la rareza.

Una frase hecha y sobada hasta la saciedad: no est� hecha la miel para la boca del asno. Y una vez m�s, as� fue. A bote pronto, hab�a unas 6.000 personas cuando desde la oscuridad My Morning Jacket ofrec�a los primeros acordes de su concierto. Cuando los creadores de �Z� acabaron, apenas quedaban 1.000. Y es que, pese a que en los 90 �ramos muchos (el �ltimo coletazo del consabido babyboom) y recibimos una educaci�n musical exquisita, eso no asegura que la gente responda coherentemente ante una propuesta tan arriesgada e interesante como la de MMJ. El p�blico, tampoco hay que tener demasiada esperanza en el g�nero humano, se baj� del barco durante todo el concierto hasta llegar al punto de que, si con Pearl Jam hab�a unas 14.000 personas, con My Morning Jacket 800. Injusto.

Y lleg� lo que todo el mundo esperaba: Pearl Jam. Poco importa que Vedder, McReady y compa��a fuesen el grupo m�s rampl�n del m�tico Seattle de los 90 (siempre por debajo de Nirvana, Soundgarden y Alice In Chains) y que su cumplidora discograf�a apenas brillase durante el primer �lbum y medio, las ganas de celebraci�n y homenaje a una �poca en la que todo era diferente eran inmensamente superiores a la autocr�tica.

A base de discos correctos, Pearl Jam se ha forjado un repertorio solvente en el que se entrelazan con inteligencia grandes cl�sicos como �Alive�, �Daughter�, �Oceans� y �Spin the black circle�, con temas que no lo son tanto pero que a fuerza de escucharlos casi lo parecen. As�, PJ se centr� en sus discos estrella, �Ten� y �Vs�, para saciar al babyboom tard�o y lo logr� gracias a una puesta en escena en�rgica y briosa que dice mucho a favor del estado de forma del �ltimo grupo grunge del planeta. Con la audiencia a sus pies, Pearl Jam repaso los 90 y buena parte de los 2000 hasta desembocar en un bis m�gico con �Betterman� y �Rearviewmirror�, en el que se ech� de menos la mejor composici�n de la mermelada de perla: �Jeremy�.

Disfrut� toda una generaci�n a la que le han corregido innumerables textos con rotulador rojo. Una generaci�n a la que se le ha repetido que no hay que escribir en primera persona porque queda prepotente y zafio. Pero Pearl Jam toc� el s�bado en Gasteiz. -


 
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