Un oro que brota del corazón de Pepu
Los himnos son un elemento a evitar. Estropean cualquier evento, por bonito que sea. En cualquier caso, resultaba emocionante ver a Pepu Hernández asirse el corazón con la medalla de oro colgada, debida a su mérito deportivo y, sobre todo, emocional. La baja de Pau Gasol le quitaba su mayor referencia ofensiva. Pero es que, en vísperas de la final, Pepu Hernández perdía a su padre. En vez de ofuscarse, jugó el partido de su vida desde el banquillo y guió a sus hombres a un oro que brota desde su corazón. - A.G.
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