DONOSTIA
Mujeres de distintas sensibilidades y opciones sindicales y políticas todas salvo las de la derecha española y francesa, así como representantes del movimiento feminista vasco, comparecieron ayer en Donostia para resaltar que el proceso atraviesa por «un momento de cierta incertidumbre» y reiterar, ante esta situación de bloqueo, el compromiso hecho público en la declaración funda- cional de Ahotsak el 8 de abril. «Dijimos que trabajaríamos por el desbloqueo en el momento en que se estancase, sufriera problemas o estuviera en peligro por alguna razón, para evitar que todo se vaya al traste», recordaron ayer la periodista Estitxu Fernández y la ex directora de GARA Mertxe Aizpurua, encargadas de dar lectura en euskara y castellano al nuevo documento de Ahotsak. Tras remarcar que «el proceso no se puede frustrar», apelaron a «la responsabilidad de todos y todas y a la responsabilidad política para afrontar el diálogo».
«Nosotras pensamos que la solución es posible y que tenemos que encontrarla; por ello, apostamos por la vía del diálogo. Nos estamos refiriendo al diálogo entre todos los actores implicados, al diálogo entre diferentes», destacaron.
En este sentido, y «sabedoras del riesgo y vértigo que supone un camino de estas características», insistieron en su llamamiento a la responsabilidad.
«El único miedo que nosotras podemos tener es el de perder la esperanza de alcanzar la paz y la normalización política en clave democrática y de derechos», manifestaron.
«La paz no está vacía»
Para Ahotsak, las bases para construir consensos políticos deben ser «el diálogo, la flexibilidad y la confianza». «Nosotras lo hemos conseguido y damos ejemplo de que es posible», señalaron. Desde ese testimonio, pidieron que «la comunicación y el diálogo sustituyan la intransigencia, la imposición y cerrazón» y la creación de «ese foro de debate necesario para llegar a acuerdos básicos».Dichos acuerdos, tal y como señalaron en su comparecencia, se resumen en las tres premisas que sustentan la declaración fundacional de Ahotsak.
Uno de los puntos de partida es que la consecución de la paz «es una exigencia colectiva y una prioridad política. Es también una tarea de todas y todos y no consiste únicamente en ausencia de cualquier violencia».
Las mujeres de Ahotsak inciden además en que «el concepto de paz no está vacío de contenido, sino todo lo contrario». Ligan este contenido con «democracia, justicia social y con un proceso de cambio que permita a la ciudadanía dar por concluidos conflictos históricos y cerrar una página en términos de derechos y libertades».
En esa línea, remarcan que «todos los proyectos se pueden y deben defender» y, por tanto, «no hay que imponer ninguno». Para ello, proponen «la búsqueda de un escenario democrático que permita y garantice el desarrollo y la materialización de todos los proyectos en condiciones de igualdad, por vías políticas y democráticas».
Destacan también que «si la sociedad vasca, la ciudadanía del País Vasco o Euskal Herria desea transformar, cambiar o mantener su actual marco jurídico-político, todos y todas deberíamos comprometernos a respetar y establecer las garantías democráticas necesarias y los procedimientos políticos acordados para que la decisión de la sociedad vasca sea respetada y materializada y, si fuera necesario, tuviera su reflejo en los ordenamientos jurídicos».
Una vez expuestas estas tres premisas, Ahotsak subrayó que «la toma en consideración de las mismas facilitaría la superación del momento actual porque suponen un nuevo directorio en clave de derechos, liber- tades y de respeto mutuo».
Apeló a la sociedad para que exija el inicio del proceso porque «está en juego cerrar definitivamente la página del pasado y abrir la del futuro».