Tony Blair confirma su marcha en el plazo de un año
Finalmente el primer ministro británico, Tony Blair, confirmó su marcha en un plazo de doce meses, pero decidió reservarse el detalle de la fecha, en un claro desafío a aquellos que dentro de su partido le exigen claridad. El ministro de Finanzas y sucesor natural de Blair al frente del Partido Laborista y del Gobierno británico, Gordon Brown, se manifestó expresando su respeto y apoyo por la decisión de su líder.
DUBLIN
Lejos de ser la tranquila y estable transición prometida, los factores clave que han empujado al primer ministro británico y líder laborista, Tony Blair, a clarificar su continuidad en ambos cargos han sido la rebelión entre sus fieles, la presión de sus opositores y la creciente crisis en el seno del laborismo. La dimisión de siete miembros del equipo de gobierno y las exigencias de claridad por parte de sus fieles en el partido, han sido el último empujón. En una rueda de prensa ofrecida durante la tarde de ayer, Tony Blair afirmó que la conferencia del Partido Laborista a realizarse a finales de este mes será la última que atienda como líder del partido, pero se negó a revelar la fecha en la que abandonará sus responsabilidades de gobierno y de partido, asegurando que lo hará «en el futuro». Blair inició su comparecencia disculpándose por los enfrentamientos en el seno del laborismo, que alcanzaron su punto álgido esta semana con llamadas y dimisiones en las filas de sus más fieles debidas a su negativa a hacer pública una fecha para su marcha. «Habría preferido hacer esto a mi manera», explicó Blair al referirse al anuncio de su marcha. «No voy a decidir una fecha ahora mismo», continuó el primer ministro, «no creo que sea lo correcto. Lo haré en el futuro cuando sea en beneficio del país y dependiendo de las circunstancias del momento». Aunque los más cercanos a Blair esperan que esta declaración sirva para acabar con la especulación sobre su futura marcha, algunos diputados laboristas creen que no servirá para acabar con el enfrentamiento dentro del partido, ya que muchos mantienen la exigencia de una fecha definitiva para su marcha. Por su parte, el ministro del Tesoro, Gordon Brown, al que todos señalan como sucesor de Blair, afirmó que apoyará a su líder sea cual sea su decisión sobre su futuro. «Tony Blair y yo hemos trabajado juntos durante veinte años, tanto en los buenos como en los malos tiempos declaró Brown. Continuaremos haciéndolo porque compartimos la determinación de avanzar y llevar a cabo el trabajo del Gobierno laborista y lo mejor para la gente de este país». A pesar de las buenas palabras, es evidente que la paciencia de Gordon, y de sus seguidores en el partido, han sido puestas a prueba por la decisión de Blair de alargar su permanencia con las riendas del gobierno y del partido cuando se esperaba su retirada inmediatamente después de las elecciones generales del pasado año. Brown también desea disfrutar de más tiempo para demostrar su valía como primer ministro y líder del partido, y la negativa de Blair a abandonar su cargo parece ser la razón por la que una reunión entre ambos el pasado miércoles acabó de forma poco amistosa. A ello siguió un enfrentamiento entre los seguidores de Blair y Brown. Ahora que parece claro que Blair va a abandonar, sus seguidores se plantean buscar a un candidato que plante cara a Brown en las elecciones para líder del partido. Algunos nombres que se barajan son los del ministro de Interior, John Reid, o el secretario de Educación, Alan Jonson. Quienquiera que sea el sucesor de Blair, se encontrará con la dura tarea de reconstruir y reunir a un partido dividido no sólo por temas de liderazgo. Cuestión clave a debatir es el Nuevo Laborismo, un proyecto desarrollado por Blair y sus fieles, pero al que Brown, un laborista con una visión más tradicionalista y apoyado por los sindicatos, no le ha dado su corazón. El apoyo británico a la política exterior estadounidense y los cambios introducidos en la legislación británica con las nuevas leyes antiterroristas, que han sido denunciados por organizaciones de derechos civiles normalmente más cercanas al laborismo que a los conservadores tendrán que ser asimismo debatidos en el seno del partido.
El caso Menezes vuelve a ser aplazado
S. G.
DUBLIN La familia de Jean Charles Menezes iniciará una acción legal contra el intento de retrasar una investigación pública sobre la muerte del joven brasileño a manos de la Policía británica en julio del pasado año. La Fiscalía de la Corona mantiene que la investigación no puede abrirse hasta que se cierre el caso contra la Policía londinense por su actuación en el día que marcó la muerte del joven, que sufrió siete impactos de bala en el metro londinense. Los policías mantienen que le confundieron con un posible terrorista, aunque se ha revelado negligencia y falta de coordinación entre los agentes. Si la Fiscalía finalmente consigue el aplazamiento que persigue, la investigación de los hechos no tendría lugar hasta el año 2008, un retraso que la familia Menezes y Amnistía Internacional mantienen que es inaceptable. El caso hasta ahora abierto es contra la Policía londinense como cuerpo policial, ya que la Fiscalía decidió que no se podían presentar cargos contra policías individuales, por no haber actuado con precaución y en defensa de la vida del joven electricista brasileño. Los palestinos no le quieren ni en
pintura
Decenas de políticos e intelectuales palestinos, amén de una veintena de grupos de izquierdas, piden a Blair que se abstenga de visitar Cisjordania y Gaza por su apoyo a Israel. «Su posible visita a Ramala es una seria provocación a los sentimientos populares palestinos», dice un anuncio aparecido ayer en el diario “Al-Ayyam”. -
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