La Diputación de Araba ya ha encontrado una nueva ubicación para el centro de acogida de una docena de menores extranjeros no acompañados. Se trata de una antigua casa rural del pequeño pueblo de Castillo-Sopeña, dentro del término municipal de Erribera- goitia. Un lugar en el que vive un único vecino entre semana. Tampoco en esta ocasión lo va a tener nada fácil el Departamento que dirige la diputada de Asuntos Sociales, Ainhoa Domaica. Cabe recordar que la puesta en marcha de dicho proyecto, denominado Zabaltzen, estaba previsto en un principio en la vecina localidad de Langraiz, pero la alarma social creada hizo que el Ejecutivo foral desistiera en su intento. La historia se repite ahora, ya que los vecinos de la zona y el propio Ayuntamiento de Erriberagoitia han mostrado ya su oposición frontal.
La polémica saltó el pasado 26 de agosto, cuando la Junta Administrativa de Pobes informó a sus vecinos de la iniciativa. Desde entonces, se ha realizado una manifestación que reunió a 300 personas en un municipio con 550 habitantes y el pasado lunes el Consistorio se opuso en sesión plenaria. La moción aprobada obtuvo los votos favorables de los dos ediles PNV y el del grupo independiente, y la abstención del PP.
«No son delincuentes»
El primer edil del municipio, Jesús Berganza (PNV), dice no comprender por qué los «políticos de más altura tienen que poner el punto de mira, para ciertas cosas, en los núcleos más desprotegidos». A su entender, el municipio cuenta con menos recursos sociales que la capital de Araba para acometer este tipo de proyectos.
Tras recordar que la zona carece de cuerpos de seguridad, destaca que los jóvenes que acogería el centro «tienen edades complejas y puede haber problemas». Considera, además, que la información remitida desde Diputación es «insuficiente». Tiene previsto reunirse con la diputada de Asuntos Sociales, aunque todavía no hay una fecha fijada.
La reacción de la Diputación de Araba no se ha hecho esperar. Fuentes oficiales consultadas subrayan que los doce menores que se instalarían en el centro de acogida de Castillo-Sopeña «no son delincuentes» y que si éstos cometiesen un delito pasarían, a través de un pronunciamiento judicial, a la red de centros de Lakua.
Afirman que en la sede de Cruz Roja de Gasteiz, lugar masificado en el que los jóvenes afectados viven actualmente, «no ha habido en tres años ni una denuncia, sólo una queja por ruido». Aseguran que las condiciones de las instalaciones del local actual no son las mejores. Tienen dos dormitorios y un único baño para todos. Insisten en la necesidad de que hasta los 16 ó 17 años los menores estén en un entorno rural, con el fin de evitar «posibles interferencias en su formación».
Desde el Ejecutivo foral, además, no se entiende el «cambio de actitud» de las autoridades municipales, «que nos estaban animando vivamente a llevar a cabo el proyecto». Afirma que los contactos con Berganza y las Juntas Administrativas afectadas se han repetido «desde junio», desde que se localizó el inmueble, para trasladarles la información pertinente. Apostó por la información, porque «parece que no se ha entendido el tipo de servicio que se va a dispensar».
Los vecinos de Erriberagoitia ponen en duda las declaraciones de la Diputación. En su opinión, ésta «no quiere decir muy clarito qué clase de servicio quiere dispensar». Aseguran que quieren que los chavales se integren, pero no les parece adecuado el proyecto Zabaltzen, «porque quieren sacar fuera del centro urbano de Gasteiz algo que molesta». Ahora están a la espera de la reunión con la diputada; «esperamos que rectifiquen», señalan.
Los grupos de la oposición en las Juntas Generales de
Araba también han mostrado su rechazo a esta ubicación. Optan por que el centro
de acogida se quede en Gasteiz, ya que el colectivo debe permanecer en un lugar
en el que existan los recursos necesarios para posibilitar su integración. -