- Real Sociedad -
El Sevilla remató el doble antes y después del 0-2
·Entre Gari y Prieto sólo realizaron un centro en jugada por los once de Navas y Adriano
DONOSTIA
Un repaso por las jugadas de ataque de Real y Sevilla demuestra que el conjunto andaluz dominó siempre el partido y, a pesar de ir desde el inicio por delante y no arriesgar para buscar la portería realista, dispuso del doble de remates antes y después del minuto 70. Hasta ese momento el Sevilla realizó ocho remates, por los cuatro de la Real, y después efectuó seis por los tres blanquiazules. Los de Juande Ramos enviaron nueve de sus catorce remates, once en jugada y sólo tres a balón parado, a la portería de Riesgo por los cuatro de los de Bakero.A la hora de analizar el peligro de los remates sólo se pueden considerar tres realistas como claras ocasiones de gol en la jugada inicial de Kovacevic, el remate de Labaka tras centro de Gerardo en acción de estrategia y el gol de Díaz de Zerio, tras una falta lejana. El Sevilla, además de sus tres goles, tuvo una clarísima ocasión que Kanouté falló en la boca del gol y dos remates peligrosos de Navas, uno de Kepa y otro de Kanouté desde dentro del área. De los siete remates de la Real cuatro llegaron en jugadas de estrategia, uno tras un error de Javi Navarro, otro tras un balón suelto que disparó Mikel Alonso y sólo en una ocasión realizó una jugada elaborada por la derecha con centro de Prieto que Gari remató alto.
Verticales por las bandas El rival realizó un juego más elaborado que buscaba siempre la rapidez de Jesús Navas y Adriano por las bandas. Entre los dos remataron tres veces y enviaron once balones al área en los últimos veinte metros, la mayoría en el segundo tiempo y en situación de peligro tras superar a sus marcadores. La Real sólo centró una vez en jugada desde los últimos veinte metros y el resto de balones eran enviados, casi siempre hacia Kovacevic, desde posiciones cercanas al centro del campo por los laterales en jugada o faltas.
Estos datos deben servir para admitir con naturalidad que el Sevilla jugó mucho mejor que la Real siempre, antes y después del minuto 70, apoyada en su serio trabajo defensivo, en la calidad y compenetración de sus medios centros, en la superioridad de Kanouté en los balones aéreos y, especialmente, en la verticalidad y rapidez de sus dos jugadores de banda que jugaban con una velocidad más que los laterales realistas.Por suerte la Real no se va a encontrar muchos equipos de la calidad y la velocidad del Sevilla, pero es bueno admitir la realidad y a la hora de sacar conclusiones positivas que ayuden al equipo a coger la confianza necesaria es mejor reconocer eso y destacar que, aun así, estuvo en el partido hasta el 0-2. Y el de la Real es el resultado más corto que ha obtenido esta temporada en partido oficial el Sevilla tras ganar 3-0 al Barcelona y 4-0 al Levante.
El equipo más en forma El andaluz es ahora el equipo más en forma del mundo y será dentro de unas jornadas cuando se pueda valorar el nivel de la Real. Conviene recordar que hay una docena de equipos con presupuestos y plantillas superiores a un equipo nuevo que necesita, paciencia, tiempo y trabajo para la adaptación de las novedades y para la recuperación de Aranburu y Kovacevic. Porque hasta sumar los 43 puntos la permanencia debe ser el claro objetivo realista como el de otros muchos equipos y hay plantilla suficiente para conseguirlo si Bakero sabe utilizarla y los jugadores y los que les rodean tienen tranquilidad. Cuando el equipo se conjunte mejorará en el defensa y cuando Aranburu y Kovacevic recuperen su juego lo hará en ataque y eso es un proceso que no debe durar demasiado y al que ayudará admitir que queda trabajo por delante y mucho que mejorar como es lógico para un nuevo equipo en setiembre.
Juanito: «Cuando pitan a un jugador se beneficia al rival»
DONOSTIA Aunque se repite que la afición de la Real es ejemplar, y la mayoría sí lo es, lo cierto es que el mal hábito de un sector importante de pitar a los jugadores en Anoeta es un gran problema y fue significativo que dos debutantes en el estadio como Juanito y Gerardo, procedentes de dos equipos descendidos que han vivido ambientes muy complicados, se mostraran ayer sorprendidos por la actitud de la grada. El central señaló que «me sorprendió que a partir del 0-2 se pitara a algunos jugadores. Entiendo que la gente no esté de acuerdo con los resultados. La afición debería animar al equipo los noventa minutos y luego mostrar su desacuerdo porque el jugador se siente más cómodo con el respaldo de la afición. Público, prensa y jugadores tenemos que remar hacia el mismo lado y cuando se pita a un compañero o al equipo eso va en beneficio del equipo rival». Gerardo dijo sobre la pitada a Aitor que «me sorprendió porque es como si me pitan a mí. Ganamos y perdemos todos y además es un jugador que lleva una trayectoria en Primera, que nadie va a dudar de él. Es compañero de habitación, tenemos una buena relación y te fastidia que le piten y ahí estamos todos para ayudarnos en los momentos malos y para disfrutar en los buenos». Los dos coincidieron al trasmitir la sensación del vestuario de que la superioridad sevillista no fue tan grande y que el equipo está mejor de lo que el entorno considera. Gerardo comentó que «no hubo tanta diferencia, soy más optimista que pesimista. Empezamos con una ocasión que puede cambiar el partido y luego hacen el gol. En el minuto 20-25 el Sevilla se pudo quedar con diez y el árbitro no ayudó. Ellos hicieron su partido porque les gusta jugar así, con el marcador a favor a la contra, pero tuvimos la ocasión de Labaka y con el 0-2 la de Gari que nos pudo meter en el partido. Pero te hacen tres goles y parece ser que somos una banda y somos un equipo aún». Ante el pesimismo que palpa añadía que «soy nuevo aquí y lo vivido el domingo es una experiencia nueva. Pero la semana pasada ni éramos tan buenos ni ésta somos el peor equipo. Hay que tener tranquilidad, creer más en el equipo y más adelante se podrá hacer una valoración de cómo va la temporada. Aún es muy pronto para decir si estamos bien o mal. Parece que hay un cierto pesimismo, pero debemos jugar con eso, ser fuertes. No me cabe la menor duda de que este año será bueno y, como estoy convencido, me da igual qué se diga. He venido con mucha ilusión como los compañeros y al final vamos a sacar nuestra casta».
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