La fundición, o colada de metales, entraña numerosos riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores. El descuido o la desidia en el control de la prevención de riesgos laborales provoca accidentes de trabajo graves en sus consecuencias. Durante los últimos dos meses se han producido en Hego Euskal Herria varios con el resultado de trabajadores afectados. La presencia del agua o de humedad ha generado explosiones.

En este tema no se puede admitir, como lo marcan las normativas de prevención de riesgos laborales, que se baje el control. Pero también hay que recordar que no sólo el riesgo se encuentra en la explosión por el contacto de las coladas o escorias a más de mil grados centígrados de temperatura, sino que los diferentes vapores y polvo tóxico que se producen también son una fuente de riesgos para los trabajadores que, ante todo, deben exigir unas medidas de seguridad adecuadas, pero el empresario no debe mirar hacia otro lado, porque es su responsabilidad que las instalaciones se encuentren en las condiciones perfectas para evitar riesgos.

Ante la gravedad de los últimos accidentes, desde esta sección vamos a recordar algunos puntos básicos para la protección de los trabajadores que realizan sus tareas diarias al lado de las funciones. «A fin de reducir al mínimo el riesgo de lesiones derivado de la caída de objetos pesados, la limpieza y una supervisión eficaz de los montones de materia prima son elementos esenciales», indican desde la OITde cara a lograr un mayor impacto de la seguridad laboral. También se recuerda desde los servicios de prevención que «para reducir la chatarra a un tamaño que resulte manejable para cargar en el horno de fundición y poder llenar las tolvas con seguridad, se suelen utilizar mazas rompedoras y grúas con grandes electroimanes. En estos casos, las cabinas de la grúa deben estar bien protegidas y los operadores de las mismas convenientemente formados». Los operarios que manipulan la materia prima deben usar guantes de cuero y botas de seguridad. También se debe controlar el ruido en el proceso de carga de las tolvas, porque «el impacto del metal sobre el metal es ensordecedor». En este caso, OIT recomienda utilizar diferentes protectores.

Monóxido de carbono

El cubilote donde se deposita la colada genera grandes cantidades de monóxido de carbono «que puede escapar» por las compuertas de las bocas de carga y salir impulsado hacia atrás por las corrientes de aire. Es incoloro e inodoro «y puede alcanzar niveles tóxicos en el ambiente con gran rapidez». En este caso, OITadvierte de que los operarios que trabajan en las zonas de carga de los cubilotes deben contar «con una buena formación para reconocer los síntomas de intoxicación por monóxido de carbono. Se requiere una vigilancia continua y puntual de los niveles de exposición». Advierte que en cada centro exista una aparato respirador autónomo y un equipo de reanimación para evitar desgracias. No obstante, los trabajadores tendrán que estar formados adecuadamente en la utilización de estos sistemas. «Cuando se lleve a cabo una tarea de emergencia, se establecerá y será obligatorio un sistema de control de contaminación para entrada a espacios confinados. Todo el trabajado deberá realizarse bajo observación».

Los trabajadores que descargan los cubilotes deberán adoptar rigurosas medidas de seguridad. En primer lugar, el control de que no haya humedad en la zona donde se produce el proceso con el fin de evitar explosiones, pero también para evitar daños en sus ojos, cabeza y prendas de protección. En muchos casos es aconsejable delimitar la zona para que en esos procesos ningún trabajador ajeno a ese puesto de trabajo se acerque en el momento de estar realizando la maniobra de la colada.

Además, la cuchara que se utiliza para tener el metal fundido debe secarse. -