¿Cómo se llega a dar luz verde a programas tan insulsos como “Desafío bajo cero”? Existen equipos solventes, directores de programación, profesionales de trayectorias contrastadas que van dando el visto bueno para que el programa llegue a la parrilla y a nuestras pantallas. Manel Fuentes lo presenta y podríamos decir que profesionalmente se salva, pero sería una manera de mostrar una conmiseración excesiva. Está mal, porque no se puede estar bien, dentro de una estructura tan absurda. Miren, algunos somos fanáticos del patinaje sobre hielo televisado. Y esto es una bazofia televisiva y artística. Han echado a Pello Cabestany, y nosotros pensamos, bueno, al menos ha llegado hasta su expulsión, el resto posiblemente serán expulsados en bloque, no será una votación por teléfono ni desde el jurado, sino por Sofres y desde el mismo despacho que decidió ponerlo en antena.

Ana García Obregón ha entrado también bajo cero, es decir por debajo del nivel de hielo de la propia cadena, Antena 3, con su nueva tontería. Lo de esta mujer es digno de estudio. Aquí se empeña en decirnos que ella es la ideóloga de la serie. Y lo hace con tanta constancia que lo empezamos a creer, porque esta nueva incursión televisiva seriada, es un juguete defectuoso para mayor lucimiento de la bióloga y empresaria de la construcción empeñada en ser artista y famosa. No hay por dónde meterle el diente, pero como Ella es un producto de consumo en sí misma, es posible que remonte audiencia, cosa que ponemos en duda razonable porque los públicos avanzan en sus gustos sin avisar ni hacer comunicados de prensa, pero lo normal es que se estanque e incluso vaya en bajada hacia el hielo y la congelación de su producto.

El hielo lo han roto en GH a base de calenturas pasionales. Tenían dudas sobre su valía en el mercado tan competitivo de estos tiempos, su audiencia andaba en territorio pantanoso y ¡zas!, tenemos edredoning para alimentar todos los bajos instintos. Los guionistas de este espectáculo saben cómo alimentar las tramas que puedan interesar a esos seres humanos zapeadores que si encuentran algo de morbo, aunque sea bajo manta, lo consumen con afición. -