DONOSTIA
Josetxo Etxeberria y Miguel Tardaguila, presidentes de la Federación Guipuzcoana y Vasca de Remo, respectivamente, denunciaron ayer ante la prensa todo lo acontecido el pasado 31 de agosto durante las horas previas a la disputa de la regata clasificatoria para La Concha. Los comparecientes vertebraron en cuatro puntos lo sucedido y plantean otras cuatro medidas para evitar situaciones parecidas en el futuro.Ambas federaciones firmaron un convenio de colaboración con el Centro de Atracción y Turismo (CAT) de Donostia por el cual se comprometían a organizar la prueba siempre que el Ayuntamiento de Donostia no invitase a Astillero. Pero todo comenzó a complicarse cuando el juez José Tomás Rodríguez obligó al CAT a invitar a la citada embarcación.
«Nos precipitamos. Firmamos el convenio a los dos días de conocer que Astillero no sería invitado. No esperábamos que un juez obligara al CAT a invitar a un club. Ahí cometimos un error», admitió un Miguel Tardaguila reflexivo.
Asimismo, señalaron que el día de la clasificatoria se encontraron entre la espada y la pared por la indefinición del escrito remitido por Lakua. «Nosotros fuimos con la clara intención de que los 14 remeros sancionados de Astillero no remaran, pero el comunicado del Gobierno Vasco no daba una orden definitiva de prohibición, sino que aconsejaba la no participación de Astillero en la regata», manifestó Tardaguila.
Indefensión jurídica
Resulta curioso que el abogado de la Vasca, a pesar de estar llamado a acudir a la reunión, no hiciera acto de presencia y dejara a las federaciones sin ninguna asesoría jurídica. Viendo que la situación se complicaba, Etxeberria optó por pedir consejo a un abogado de confianza, Javier Mendoza, quien le manifestó el riesgo que podían correr los presidentes si se negaban a realizar la prueba, ya que en la nota no se puntualizaba exactamente que los deportistas tenían prohibido remar. Según Josetxo Etxeberria, «algunos clubes tienen firmadas unas primas especiales por clasificarse para La Concha y se podría dar el caso de un club que denunciara daños y perjuicios, a los que deberíamos hacer frente con nuestro patrimonio particular, por la decisión de suspender la regata».
Llegado a ese punto, se decidió realizar la regata clasificatoria con todas sus consecuencias. A falta de impugnación por parte de Hondarribia, el octavo clasificado, el tema seguirá coleando hasta que el juez dicte una sentencia firme sobre si el CAT tenía la obligación de invitar a Astillero o no. De momento, el CAT no ha abonado el premio correspondiente a Astillero, ya que los pagos no se realizan hasta comprobar los resultados de las pruebas antidopaje. Tardaguila señaló que tras todos estos sucesos, la tardanza para recibir el premio en metálico será aún mayor.
Pero el tema no acaba ahí, ya que tanto el presidente de la Guipuzcoana como el de la Vasca han sido citados ahora por el Juzgado de Donostia. Astillero les ha denunciado por quebrantamiento de condena, una causa que todavía no entienden ni los propios Josetxo Etxeberria y Migue Tardaguila.