Internacional
Tiene que ser un trago estar al frente de la sección de Internacional de cualquier medio de información. En ocasiones viendo la reiteración de imágenes y textos, muchas veces con traducciones deficientes, parecería que baste con estar atentos a los correos electrónicos y a las ediciones digitales, pero aún así, discernir entre lo que es intoxicación o simple delirio no debe ser tan fácil. Al menos uno no ve demasiadas diferencias, ni contradicciones. Cuando sale del centro emisor del Imperio una noticia, se repite con frecuencia legionaria. Y si es mentira o media verdad, no importa porque será tapada al poco por otra noticia que puede ser por entonces de calado simplemente social.Me estoy refiriendo ahora mismo a Tailandia. Un golpe de estado con un rey de cómplice que ha sido tratado televisivamente como si se tratase una opereta asiática, sin apenas análisis y presentándolo no como un acto execrable, sino como algo irremediable. Es decir una supuesta salvación. Una solución a unos problemas. Veo en portadas de periódicos que se asegura que la población acepta el golpe con alivio. Por lo tanto hay golpes buenos o malos. Dictaduras asumidas sin hacer demasiadas preguntas y democracias de baja intensidad que son tratadas con beligerancia y actitudes muy poco recomendables. El globo terráqueo parece un ovillo enredado, aunque en algún lugar tienen el gps político secuestrado. Lo de Hungría, sin ir más lejos, no lo acabo de entender en toda su dimensión. Veo algaradas, banderas, protestas, pero no es seguro si los que protestan tienen razón, son oportunistas, están desestabilizando o son simples figurantes de una campa orquestada. No tengo claro que los diablos dejen regueros de olor a azufre, pero las autoridades de emigración pueden crear un conflicto diplomático sin apenas despeinarse. Retener al Ministro de Exteriores de Venezuela, a un chavista tiene premio televisivo. Además, solamente conocemos a media docena de mandatarios, y si nos dicen dónde está Rumania, debemos pensar demasiado. Nos estamos volviendo internacionalmente analfabetos. Débiles. Si no tienen equipos de fútbol competitivos no existen. -
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