Soledad GALIANA
Blair habla del futuro y obvia el debate sobre el liderazgo de su posible sucesor
·Blair y brown acordaron un alto el fuego durante la conferencia para evitar mayores daños al laborismo
La conferencia del Partido Laborista debatirá la agenda de futuro de la formación en el Gobierno británico con el trasfondo del debate sobre el liderazgo laborista y la división que se ha creado entre los seguidores del actual líder y primer ministro, Tony Blair, y su posible sucesor, Gordon Brown. La agenda tratará la situación del norte de Irlanda en la mañana del jueves con la intervención del secretario de Estado, Peter Hain.
DUBLIN
La conferencia del Partido Laborista se inició ayer, pero no en el centro de conferencias de Manchester que el partido en el Gobierno británico ha elegido como escenario para su encuentro anual, sino en las ondas radiofónicas, en las que no se han encontrado, pero en las que se han sucedido el actual primer ministro británico y líder del partido, Tony Blair, y el «eterno» sucesor, el ministro de Finanzas, Gordon Brown. En sendos programas de actualidad política, Sunday AM y Politics Show, tanto Blair como Brown adelantaron lo que esperan y desean que ocurra durante los próximos cinco días de la conferencia. Blair dijo que el laborismo debe centrarse en las preocupaciones del público en lugar de en las luchas internas que han causado la división del partido en las últimas semanas, dejando de lado la cuestión del liderazgo, que «se solucionará a su debido tiempo», añadió el primer ministro. Blair considera que las cuestiones más importantes son la inmigración y el «terrorismo», temas que deben centrar el debate. Sin embargo, los encontronazos públicos y privados entre Blair y Brown y sus seguidores no pasarán al olvido durante estos cinco días, en los que se espera se perfile la posibilidad de un candidato «blairista» que se oponga al que hasta ahora era el candidato «oficial» para sustituir a Blair, Gordon Brown. Esta nueva oposición al ministro de Finanzas se remonta a hace tres semanas, cuando una revuelta dentro del partido intentó forzar a Blair para que hiciera pública una fecha para su marcha. En su momento, los seguidores de Blair ya denunciaron que la rebelión contra su líder se fraguó en el 11 de Downing Street, residencia oficial de Brown. La respuesta podría materializarse en la presente conferencia. Aunque oficialmente Blair se ha negado a confirmar que podría haber retirado su respaldo a Brown, reiterando que sus halagos y asociación política ha sido un éxito «para el partido y el país», la cuestión es cuál es la posición en los mentideros del número 10, donde vive Blair. De cara al público, Blair afirmó que ha acordado a nivel ministerial y en un encuentro personal con Brown que esta semana se debatirá la agenda laborista para el futuro. Pero es obvio que este futuro excluye a Blair, que ya ha anunciado esta será su última conferencia como líder, y atañe a Brown, que espera estar en el lugar de Blair el próximo año. Así pues, el tema del liderazgo se mantiene ineludible y Brown es muy consciente de ello. El diario de tendencia laborista “The Guardian”, apuntó en su edición del sábado que Brown habría dedicado a la preparación de su discurso ante los delegados casi un mes, consciente de que este discurso puede hacerle líder del partido o poner fin a todas sus esperanzas. El contenido debe presentarle como un líder diferente a Blair y, al mismo tiempo, aplacar las críticas de los seguidores del primer ministro. Y para ello, nada mejor que hablar de su agenda para el futuro, que incluye la descentralización de decisiones en áreas tales como la sanidad, que pasarán del ejecutivo a la Autoridad Sanitaria, en un modelo similar al que ha impuesto al Banco de Inglaterra, que es ahora responsable de las cuotas de interés. Durante su entrevista radiofónica, Brown alabó a Blair como «un gran primer ministro y líder del Partido Laborista». ¿Serán suficientes estos halagos para poner fin a la revuelta contra su candidatura? Ello se descubrirá a través de los discursos de los miembros del Gobierno y la respuesta de los delegados a la conferencia.
Los electores británicos quieren comicios generales
S.G. DUBLIN Gordon Brown podría verse forzado a convocar elecciones generales si, tal y como se espera, sucede a Tony Blair como primer ministro británico. Ello significaría enfrentarse al nuevo líder conservador, David Cameron, cuya nueva dirección ha hecho avanzar a los tories en las encuestas. Es precisamente una de estas encuestas, hecha pública por la cadena informativa ITV, la que avanza que un 56% del electorado querría poder decidir sobre la presencia de Brown como primer ministro en los seis meses siguientes a su sustitución de Blair. Un 81% del electorado prefiere unas primarias laboristas a la «coronación» de Brown. Los resultados de la encuesta preocupan a los seguidores de Brown, que consideran que este, si es elegido líder laborista, necesitaría al menos un año para afianzar su imagen ante la del nuevo líder conservador. Asimismo, filtraciones desde el partido laborista apuntan a que Brown no es tan popular como Blair en circunscripciones electorales donde los laboristas han ganado elecciones por márgenes de votos mínimos. Si a ello se une que al menos 23% de los miembros del partido desean que se pierda la próxima elección, el panorama al que se enfrenta Brown no es demasiado alentador. Esta también sería la esperanza de alguno de los invitados, como la delegación encabezada por el líder unionista Ian Paisley, que vería en el cambio de gobierno una ocasión para descarrilar la implementación del Acuerdo de Viernes Santo. Las claves de la conferencia laborista
La conferencia del Partido Laborista se inició en la BBC con sendas entrevistas al líder del partido y primer ministro, Tony Blair. y el eterno sucesor Gordon Brown, Otros momentos claves durante la conferencia serán el discurso de Brown ante los delegados, que tendrá lugar hoy a alrededor de las 11:30 horas, mientras que Tony Blair se dirigirá a la asamblea mañana a las 14:15 horas. La situación en el norte de Irlanda será debatida a primera hora de la mañana del jueves. -
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