| ZURRIOLAN |
Mikel Insausti
Cada año es inevitable escuchar la consabida cantinela de que el público cinéfilo dura en Donostia lo que dura el Zinemaldia, mientras que el resto del año se dedica a hibernar. Como en todas las generalizaciones habrá en ello su parte de verdad y su parte de exageración, aunque tan extendida creencia se puede extrapolar del cine a la literatura.
Las encuestas no son muy esperanzadoras en lo que respecta a los hábitos de lectura, pero en esta edición todos los días tenemos la presentación de algún libro, o incluso de varios en una misma apretada jornada. Además de los que siempre edita el propio festival, Diego Galán ha venido a hablar de ‘‘Pilar Miró. Nadie me enseñó a vivir’’; los hermanos Gutiérrez, de ‘‘Cocinar de cine’’; Nuria Vidal, de ‘‘La vuelta al mundo en 20 festivales’’; y cinco autores más, de ‘‘La Guerra Civil y el cine’’.
Las firmas de ejemplares llevan camino de convertirse, de igual manera, en una práctica común, y empiezo a preguntarme si no será un extensión de la caza de autógrafos. No es lo mismo que Saramago te haga un garabato con su nombre en un libro que sobre una servilleta o un posavasos, aunque si llega a tardar un poco más en venir no se da ni lo uno ni lo otro. Es posible que considere que es más fácil asimilar varias películas seguidas que un solo libro, y que no le preocupe la acumulación de material atrasado que ha de visionar de un tirón para ponerse al día con respecto al resto de los miembros del Jurado. Más dificultosa será la lectura del Palmarés. -