Raimundo Fitero
Hormigas
¿Qué hacemos un domingo por la tarde? ¿Una siesta, un paseo, el fútbol, una película? ¿Y televisivamente hablando? Pues, lo anterior, más algunos partidos de pelota. Pocas variables. Desde hace muchos años no se sabe qué hacer, televisivamente, los domingos por la tarde. Series de perros policías, los telefilmes de rigor para ayudar a quienes están tirados en el sofá con la mantita a cocer la paella. Hasta que Cuatro ha probado una opción: “El hormiguero”, con Pablo Motos a la cabeza.
La fórmula es bastante conocida. Hablar, jugar con las palabras, darles vueltas a las noticias más habituales, muchos colaboradores, un punto de ironía constante, y hacer del humor un asunto de la inteligencia y no solamente de las vísceras. Y es una buena opción. Entretenida, variada, puedes echar una cabezadita y volver a reincorporarte y siempre entras porque la secciones son cortas, hay dinamismo y Pablo Motos tiene un gancho especial, es uno de esos comunicadores que siempre está como con una vuelta de tuerca más, que en todos sus gestos, en todos sus parlamentos, añade un punto de enganche más allá de la obviedad. Quizás crea un espacio mental entre lo que dice y lo que el receptor interpreta que se escapa a lo normal. Sus guiones, dichos por cualquier otro podrían ser banales, sosos, pero en su característica dicción, su ritmo, su picardía, sus guiños constantes lo elevan a otra categoría.
Un hormiguero que se atreve a dirigirse a un amplio espectro de telespectadores, por horario y por convicción. Puede recordar a un estilo que parece haberse decantado de manera clara en La Sexta, un humor blanco, unos monólogos, es decir televisión de guionistas, diálogos chispeantes, interpretación, historias paradójicas, una visión del mundo que roza en momentos el absurdo. Y dos hormigas, dos títeres dando un contrapunto gracioso y crítico, un recurso bien aprovechado. En directo y con gran número de público en el plató. Es decir una opción dominguera que si es recibida por un sector joven de la audiencia como algo positivo puede ser la solución para pasar las tardes del domingo del largo otoño e invierno. No está nada mal para empezar. -
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