DUBLIN

Y es el pasado el que ha vuelto a acechar al primer ministro, Bertie Ahern. La publicación en el diario “Irish Times” de una filtración de información confidencial, que Ahern ofreció a uno de los tribunales de investigación, permitió descubrir que el actual primer ministro irlandés recibió al menos 50.000 euros por parte de amigos y hombres de negocios irlandeses y británicos durante los años 1993 y 1994.

Esencialmente, lo que podría haberse solucionado con la devolución del dinero o la consecuente carga fiscal en el caso de que fueran contribuciones personales o regalos ­tal y como señala la legislación irlandesa­, una explicación más o menos clara ­quién le dio el dinero y si estas personas se beneficiaron que la intervención de Ahern en el pasado­ y un mea culpa, se ha transformado en una pesadilla política y mediática. Sin duda, Ahern y sus consejeros se arrepienten de haber extrapolado a la arena mediática una cuestión a debatir en el ámbito parlamentario.

Ahern decidió apelar a la simpatía del público ofreciendo la primera versión de los eventos en una entrevista retransmitida por la televisión pública a la hora de mayor audiencia. Ahern explicó que en 1993 vivía un mal momento económico y sentimental, ya que se encontraba en mitad de su separación, con los gastos que ello conllevaba, y que nunca solicitó el dinero, que le fue entregado por un grupo de amigos y él siempre lo consideró un prestamo y de hecho había intentando devolver el dinero en múltiples ocasiones ­esta versión fue corroborada por una de las personas que prestaron dinero a Ahern­. La cuestión es por qué este prestamo, como tal, permanecía pendiente y no había sido declarado como un regalo en estos trece años.

Por otra parte, en la misma entrevista ­y sospechando que el “Irish Times” ya poseía esta información­ Ahern mencionó que durante un viaje a Manchester en 1994 recibió un donativo de 8.000 libras esterlinas ­unos 15.000 euros­ de un grupo de hombres de negocios. Ese dinero nunca fue declarado, aunque el primer ministro irlandés afirmó que años después había consultado con un contable para asegurarse de la legalidad de su acción. Ahern evitó identificar a aquellos que le ofrecieron el dinero, aunque posteriormente, el “Irish Times” informó de que al menos 5.000 libras procedían de la cuenta de una correduría de agentes de bolsa.

Declaraciones posteriores del político irlandés no han hecho sino incrementar el debate y la polémica, con incontables contradicciones. Puso el dinero en una cuenta bancaria que luego afirmó que no tenía, que fue una contribución, o un regalo o un prestamo, dependiendo de a qué hora se pregunte, etc.

Apoyo del Fianna Fail

A pesar del embrollo, Ahern aún cuenta con el apoyo de su partido, Fianna Fail, que considera que aunque quizás su acción fue incorrecta, no es malévola. En la misma línea se manifestaron inicialmente sus socios en el gobierno, los Demócratas Progresistas (PDs), hasta que sus insatisfactorias respuestas con relación al dinero de Manchester hicieron que la posición de sus socios de gobierno diera un giro de 90 grados a finales de la pasada semana.

Ahern se ha mostrado desafiante en un artículo publicado en un dominical sensacionalista, y las encuestas de opinión le avalan con dos tercios de los votantes que creen que no debe dimitir, aunque la mayoría de los encuestados consideran que lo que hizo comprometió su posición política.

Sin embargo, sus socios de gobierno, que concurrieron a las elecciones con el plan de avalar a Fianna Fail y a la vez intentar evitar que se repita la historia de corrupción, se encuentran ante el dilema de romper con sus promesas electorales o abandonar el gobierno.