La reforma de la biblioteca foral de Bizkaia continuará aún hasta abril
El diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, encabezó ayer una visita a las obras de remodelación de la biblioteca foral, en Bilbo, un equipamiento que confía en que se convierta en «una nueva postal para la ciudad». El proyecto, que cuenta con un presupuesto de más de 15 millones de euros, contempla la rehabilitación de la vieja biblioteca de la calle Astarloa, la trasformación del antiguo conservatorio y la construcción de un nuevo elemento que acoge el contenedor de libros.
BILBO
La Diputación de Bizkaia organizó para ayer una visita a las futuras instalaciones de la biblioteca foral con los medios de comunicación. Durante el paseo por el interior del edificio, se mostró la marcha de las obras, que no finalizarán antes del mes de abril, según coincidieron en señalar el diputado general, José Luis Bilbao, y la diputada de Cultura, Belén Greaves. Estuvieron también presentes el alcalde, IñakiAzkuna, y algunos concejales.En su discurso, José Luis Bilbao destacó la espectacularidad del diseño de las nuevas instalaciones, realizadas en vidrio y piedra traída de China. El cristal lleva serigrafiadas frases en distintas lenguas. Ya se puede ver por la noche la nueva torre iluminada, lo que llevó a la máxima autoridad foral a considerar que la nueva biblioteca será «una nueva postal para la ciudad». Por el momento se han acometido tres cuartas partes de las labores que recoge el proyecto de reforma y ampliación de la biblioteca. Se encuentra en funcionamiento la zona de nueva construcción destinada al personal de administración y al contenedor de los fondos bibliográficos. Mientras, se llevan a cabo las obras de reforma de la zona que ocupó el conservatorio municipal, ya trasladado a unas nuevas instalaciones en el barrio de San Inazio. La última fase consistirá en la rehabilitación de la vieja biblioteca de la calle Astarloa. Toda esta intervención ha incluido la construcción de un aparcamiento subterráneo, de tres plantas, bajo la calle Arbieto, paso éste que ha permanecido cerrado durante las obras. BelénGreaves aseguró ayer que esta calle volverá a abrirse al público en el plazo aproximado de un mes. Una vez concluidos los trabajos, la biblioteca foral habrá aumentado su superficie en un 170 por ciento. Ayer se realizó una visita, con carácter excepcional, al contenedor de libros, zona por la que habitualmente únicamente pueden circular los técnicos de la biblioteca. En la planta sexta, en una cámara acorazada, se guardan los fondos bibliográficos más valiosos. El título más antiguo data de 1472.Es una obra en latín, de Johannes Gerson.
Temperatura especial El material utilizado para cubrir la fachada de esta nueva torre es un vidrio especial, que protegerá los libros tanto del frío como del calor. La temperatura constante en este habitáculo es de 19 grados.
Greaves señaló ayer que uno de los capítulos más delicados de todo el proceso de transformación de la biblioteca consistió en el traslado de 250.000 volúmenes a este contenedor. Una labor compleja que se llevó a cabo el pasado verano.
«No reune las necesarias medidas de seguridad»
BILBO Las obras de remodelación de la biblioteca foral se han realizado «sin contar con los trabajadores ni con el comité de Salud Laboral y nos hemos encontrado con que las nuevas instalaciones no reúnen las necesarias medidas de seguridad», ha denunciado la sección sindical de LAB en la Diputación. Según este sindicato, el departamento foral de Cultura ha dado prioridad al diseño arquitectónico, a la imagen exterior de este nuevo equipamiento, sin tener en cuenta las condiciones en las que deberá desempeñar su trabajo el personal de la biblioteca. «Por citar dos ejemplos, se ha colocado mobiliario con esquinas peligrosas y moqueta, totalmente inadecuada para oficinas, ya que facilita la electricidad estática y las alergias». En la zona en la que se halla el personal de administración, «las ventanas amplias cristaleras desde el techo hasta el suelo son correderas, con el peligro que entraña, y no se han molestado en colocar ningún tipo de protección», se lamenta. Sorprende al sindicato que en la zona donde se almacenan los libros no existan mesas para poder apoyar los volúmenes. Así las cosas, LAB exige que se subsanen las lagunas existentes en cuanto a seguridad.
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