Testimonio desde el Hospital punta de europa, Algeciras [3/10/2006]
«No la voy a dejar»
Hace un momento, el subdirector médico del centro penitenciario de Botafuegos y el equipo médico del hospital Punta Europa han venido a notificarme que me van a alimentar a la fuerza. El procedimiento es que sacan unas correas no grilletes normales sino correas como a los locos en los manicomios, te atan a la cama y te meten una sonda nasogástrica hasta el estómago, a la fuerza. Y también suero en el brazo. Denuncio que la alimentación forzosa se está utilizando con criterios políticos y no con criterios médicos, puesto que ya me han alimentado dos veces y mi situación ahora, mi situación de análisis y mi situación médica, no es para que vengan en este momento. Yo me encuentro físicamente débil, pero con las constantes vitales estabilizadas desde la última alimentación forzosa. Justo me la quitaron ayer mismo [por el lunes], pero hoy no es necesaria. Sólo lo hacen para presionarme, para hacer más dura la huelga de hambre, para intentar debilitarme. Sin embargo, sicológicamente estoy bien y mantengo los mismos principios que cuando inicié esta huelga de hambre. Reitero el compromiso de que, pase el tiempo que pase y pase las crisis físicas que pase, no la voy a dejar hasta que toda esta ley de excepción que supone la vulneración de la libertad de expresión y las medidas que ha tomado la Audiencia Nacional no cesen. En toda esta huelga de hambre y este proceso, lo que se está demostrando es que continúan las leyes de excepción para Euskal Herria, y especialmente para los presos políticos, y que se vulnera nuestra voluntad hasta los límites más insospechados. -
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