Secuestra un Boeing 737 para pedir asilo en Italia y evitar la mili en Turquía
El secuestrador del avión de la compañía Turkish Airlines con 113 personas a bordo que volaba de Tirana a Estambul se rindió anoche ante las autoridades italianas y manifestó su intención de solicitar asilo político por no querer cumplir el servicio militar en su país, Turquía. Utilizó un paquete para amenazar con volar el Boeing 737.
ROMA
El Boeing 737 secuestrado fue interceptado por un caza F-16 italiano, obligándole a aterrizar en el aeropuerto de Brindisi, que fue cerrado al tráfico. Una vez el avión tomó tierra comenzaron las conversaciones con el secuestrador y se desmontó la primera información facilitada por las agencias internacionales, que hablaba de una protesta por las polémicas declaraciones del Papa en relación al islam.
Según informaciones de agencias italianas, el secuestrador, Hakan Evinci, de 30 años y de religión cristiana, había enviado el pasado mes de agosto una carta al Papa Benedicto XVI en la que exponía sus problemas como objetor de conciencia en relación al servicio militar en Turquía.
En la confusión de las primera horas, el director de la oficina de prensa vaticana, padre Federico Lomardi, tuvo que asegurar que el viaje del Papa a Turquía «no será modificado o cambiado de fecha», y que «los preparativos prosiguen regularmente sin ningún cambio».
Según la primera reconstrucción de los hechos realizada por las autoridades, Hakan Evinci utilizó un paquete con el que amenazó a los tripulantes del avión. «Hago saltar el avión, llevadme a Roma», manifestó. En ese momento, el piloto hizo saltar la doble alarma que indica el cambio de dirección obligada.
El vuelo cambió de ruta mientras se encontraban en espacio aéreo griego. En su interior viajaban 107 pasajeros y 6 miembros de la tripulación. Muchos de los pasajeros al principio no se dieron cuenta de lo acontecido. Según la Policía de Tirana, gran parte de los pasajeros eran de nacionalidad albanesa, mientras que los extranjeros eran una veintena.
El avión fue obligado a aterrizar en una pista del aeropuerto de Brindisi y fue rodeado por las fuerzas de seguridad, desatando el plan de emergencia para casos de «terrorismo internacional».
Fuentes de los bomberos indicaron que Evinci había solicitado poder entregar un paquete y hablar con la prensa. Las conversaciones con el secuestrador fueron confiadas al prefecto de Brindisi, Mario Tafaro, a quien el objetor expresó su voluntad de pedir asilo político. «Parecía tener miedo», dijo un pasajero.
Dieciséis aviones desde el 11-S
ROMA El secuestro simultáneo de cuatro aviones de pasajeros en EEUU el 11 de setiembre de 2001 tres fueron estrellados contra las Torres Gemelas y el Pentágono y el cuarto fue derribado cuando sobrevolaba Pensilvania es la referencia obligada cada vez que se produce un nuevo caso. Desde entonces se han extremado las medidas de seguridad en buena parte del planeta, pero ello no ha evitado que, según cálculos de las agencias internacionales, al menos dieciséis aparatos hayan sido secuestrados desde entonces. Algunos observadores indicaban anoche que hasta el 11-S era más habitual que uno o varios pasajeros se hicieran con el control de un avión, normalmente por motivos políticos. Pero la acción de estos «piratas aéreos» también ha estado motivada en ocasiones por otras razones. Así, el 12 de setiembre de 2005, un minusválido colombiano, acompañado de su hijo de diecisiete años, secuestraba un avión de la compañía aérea regional Aires que volaba de Florencia a Bogotá con 25 ocupantes a bordo. Exigía una indemnización estatal por invalidez.
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