PDGORICA
Milo Djukanovic, primer ministro de Montenegro y último líder balcánico en el poder tras la desmembración de Yugoslavia, renunció ayer a un nuevo mandato pese a su reciente victoria en las elecciones y tras haber conducido con éxito a su país a la independencia.
«Me siento muy fatigado. Es muy difícil ser responsable de un país en los últimos 15 años», declaró Djukanovic el mes pasado.
El mismo mes en el que logró la mayoría absoluta en los comicios de los que salió el primer Parlamento independiente de la historia reciente del país que se constituyó el pasado lunes, y después de que en mayo lograra superar el listón del 55% de votos impuesto por la UE en el referéndum de autodeterminación
Grande, esbelto, con los cabellos negros ligeramente cano, y a sus 44 años, Djukanovic culmina una larga carrera que comenzó en los ochenta en la Liga Comunista, y que tras muchos avatares, le hará un lugar en la historia como el arquitecto de la independencia de la república de Montenegro.
Las minorías albanesa y croata en Montenegro echarán de menos a su protector.
Siempre recelosos, los unionistas advierten de que su objetivo podría ser la Presidencia de la república después de que se apruebe la nueva Constitución. Ponen el énfasis en que Djukanovic seguirá presidiendo el mayoritario Partido Democrático de los Socialistas. Pero tanto la oposición del Movimiento para los Cambios como los analistas han saludado el inhabitual gesto de Djukanovic y aseguran que «aliviará las tensiones y «oxigenará la vida política».