Tangenciales
Los juicios paralelos en los medios de comunicación o en las tabernas son algo bastante habitual. Por así decirlo, forman parte de lo consuetudinario. ¿Quién no tiene una opinión que además expresa en voz alta sobre si la falta fue merecedora de tarjeta amarilla o roja? Un cantaor llamado Capullo de Jerez fue juzgado durante varios días en todas las cadenas acusado de rociar con gasolina e intentar prenderle fuego a un niña tras una disputa con un familiar. Después lo vimos salir sin cargos, libre, y dio una rueda de prensa multitudinaria. ¿Qué pasaría si nos nombrasen jurado en casos de esta índole? ¿Existe alguien que pueda juzgar a Farruquito con los argumentos liberados de contaminaciones múltiples? Me estoy liando, porque a mí lo que me tiene sobrecogido es un programa de La Sexta que yo pillé una mañana de éstas y que se llama “Juicio de parejas”, que trata de convertir en espectáculo los dimes y diretes de la convivencia en pareja. Es como una versión fragmentaria de GH. Se hacen juicios sobre asuntos tan profundos como la manera de apretar la pasta de dientes de uno de los miembros, o de si es normal que una mujer haga afeitarse a su marido a las doce de la noche. Todo este espectáculo debe estar inspirado por la noticia de que cada tres minutos y medio, en el Estado español se produce un divorcio, y parece más que claro que la inmensa mayoría de estos rompimientos son fruto de un cúmulo de pequeños detalles que van haciendo insoportable la vida en común. Lo peor de este espacio es que se produce un veredicto. Hay un grupo de gente que acaba emitiendo sus juicios sobre la cuestión planteada y ahí es donde se resquebraja todo el sistema de comunicación, donde el entretenimiento, la banalidad, se puede convertir en un perjuicio mayor, porque se entiende que si hay alguien que está viendo el programa (por el momento es solamente una sospecha), tomará estos veredictos como doctrina. Y de ahí surgirán otros conflictos posteriores porque no tienen ningún valor esos juicios, ni en paralelo ni tangencialmente, ya que en muchas ocasiones se trata simplemente de prejuicios. Por la pareja al infierno. -
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