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Gara > Idatzia > Ekonomia 2006-10-08
Jose ELORRIETA | Secretario general de ELA
«No firmaremos la unidad sindical con quienes pactan acuerdos en minoría»
José Elorrieta asegura que ELA llega a las elecciones sindicales con «los deberes hechos» y recuerda que la precariedad y discriminación serán ejes ante la negociación colectiva. No divisa un acuerdo para la unidad sindical, porque entiende que «no se pueden firmar acuerdos como la reforma laboral y con quienes pactan en minoría»

Los objetivos de ELApara el actual período electoral buscan «consolidar» y «avanzar» en el nivel de representatividad, que en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa sobrepasa el 40% y en Nafarroa llega al 21%. Roza, según su secretario general, José Elorrieta, los 107.000 afiliados. El líder de ELAconfiesa que se han pervertido los esquemas de la negociación colectiva «al firmarse acuerdos en minoría» y justifica su marcha del Consejo de Relaciones Laborales porque «está sumido en una crisis estructural».

­¿Con qué objetivos emprende ELAlas elecciones sindicales?

Hemos marcado un perfil reivindicativo muy orientado a la lucha contra discriminación laboral, en contra de la precariedad y en contra de los salarios bajos. Nuestro eslogan electoral es «Dando la cara» y persigue esos objetivos.

­¿Qué balance hace de la evolución del sindicato que dirige?

Estamos contentos, pero pensamos que la situación laboral y sindical es muy dura. Vivimos en una coyuntura económica particularmente negativa para la clase trabajadora. Si analizamos lo que ha ocurrido en la distribución de renta en los últimos diez años, vemos que la clase trabajadora ha perdido seis puntos de su participación en la renta, que es algo más de un 10%. Si luego analizamos, por ejemplo, la evolución de lo que se llaman las cuentas industriales, vemos que los beneficios han crecido más de un 200% en ese período y, en cambio, los costes laborales aumentaron un 73%. Los salarios reales, por otro lado, han crecido por debajo del IPC. Es una economía particularmente dura para los trabajadores.

­¿Por qué ganan tanto dinero los empresarios, a su juicio?

Por tres razones. Primero, porque tienen un margen para establecer los precios. Segundo, porque no pagan impuestos. Y tercero, porque tienen una legislación laboral que les permite unos niveles de desregulación de los contratos de trabajo absolutamente ilimitados. La responsabilidad de los poderes públicos está ahí. Asisten a todos los «saraos» de los empresarios y montan fiestas para los empresarios.

­¿Hay connivencia entre la Administración y la patronal?

Claro. Hay un trasfondo de satisfacción sobre la autonomía fiscal vasca y la famosa sentencia de la UE de las Islas Azores. Estamos satisfechos con que exista la autonomía fiscal, obviamente, pero detrás de eso ¿qué hay? Se hace para tener un Impuesto de Sociedades más bajo. Ese es el debate. Los riojanos y las comunidades limítrofes llevan a los tribunales la fiscalidad vasca precisamente porque entienden que es discriminatoria y es más baja que española. No todos los que se alegran por la autonomía fiscal se alegran por eso, sino porque saben que a partir de ahí van a poder pagar menos, como están intentando con el Impuestos de Sociedades.

­¿Qué responsabilidad atribuye a Lakua en todos estos temas?

Tiene niveles de responsabilidad altos, porque apoya a los empresarios y en el ámbito laboral lleva a la práctica acuerdos en minoría, como en los acuerdos de la Enseñanza Universitaria, y el año pasado en Osakidetza. Son acuerdos que rompen las reglas de juego del funcionamiento de las relaciones laborales en un contexto más civilizado. Un planteamiento sensato exigiría respetar determinadas reglas de juego, como es el principio de las mayorías y los acuerdos de eficacia general.

­¿Le preocupa esta situación?

Se está yendo demasiado lejos. Esta semana hemos anunciado la ruptura con el CRL y con la patronal Cebek. El CRL está en crisis porque tiene por objeto el diálogo para abordar la negociación colectiva, pero ha permitido acuerdos en minoría. Tenemos la huelga de conserveras, que es resultado del acuerdo de minorías.

­¿Con Cebek, la patronal vizcaína, por qué han roto?

No aceptamos el paso que ha dado para la criminalización del sindicato. Todo viene de la huelga de dos meses en el convenio de Hormigones y Canteras hace dos años. Nos han denunciando a nivel judicial con el fin de amedrentarnos y restringir la negociación colectiva y la huelga. Existe una ruptura de las reglas de juego. No es posible recomponer un ámbito estable de diálogo social si no se respetan las reglas de juego de las mayorías.

­¿El deterioro es fuerte?

El deterioro del acuerdo de las relaciones laborales es muy grave y la administración vasca tiene bastante responsabilidad. De manera que los empresarios ganan mucho, utilizan la legislación laboral que el PSOE les ha dado y la buena relación con la Administración vasca para no pagar impuestos.

­¿Qué ejes se plantea para la negociación colectiva?

Es una cuestión que no cambia de un año a otro: hay una enorme nivel de discriminación en el mercado de trabajo. Los jóvenes y las mujeres se incorporan con unos salarios muy bajos, por debajo de los mil euros. El 92% de los que se incorporan lo hacen con contratos eventuales. Gran parte de ellos tienen salarios bajos, condiciones laborales precarias, jornadas prolongadas e irregulares. Ese es nuestro punto central de reflexión para la negociación colectiva. De ahí que tenemos que hacer un gran esfuerzo para que, a partir de esta situación, la gente pueda defender un salario, la estabilidad en el contrato, la no discriminación por género y edad, con dobles escalas salariales también en el sector industrial.

­Los trabajadores están viendo que los sindicatos no se ponen de acuerdo para hacer frente a la patronal, ¿cómo se puede cambiar esa situación?

Los trabajadores están viendo lo que pasa. Nosotros estamos en la huelga de conserveras y otros están haciendo acuerdos de minoría para ir en contra de la misma. Es un buen ejemplo, porque son mujeres en condiciones contractuales y salariales muy precarias.

­¿Es imposible un acuerdo entre los sindicatos frente a los empresarios?

¿Con quién hay que hacer el acuerdo? ¿Con los que firman la reforma laboral o los que firman convenios como en grandes almacenes, que son los culpables de que muchas mujeres jóvenes estén en condiciones absolutamente abusivas? ¿Hay que hacer un acuerdo sindical con aquellos que firman acuerdos en minoría? Creo que no.

­¿Con LAB, de nuevo?

El acuerdo con LAB es un horizonte estratégico. Mientras no seamos capaces de buscar un nivel de entendimiento sólido y solvente con LAB, entenderemos que es una asignatura pendiente. Es un desafío para ambas organizaciones. Más allá de las coyunturas, que la de ahora no es positiva, porque hay un nivel de desencuentro en la gestión de la negociación colectiva muy grande, pero sí creo que se asume que la suma del sindicalismo abertzale es muy potente, también a nivel social, y en lo político, sin duda.

­¿Porqué no se lleva adelante esa suma?

Porque hay un desencuentro en la gestión y la intervención en la negociación colectiva. Es muy evidente, porque se ve en distintos sectores y empresas. No hay que negarlo, ni utilizarlo como arma arrojadiza. La única manera de poder avanzar es, partiendo de esa realidad, intentar poner un suelo que permita dar pasos. Hay voluntad por ambas partes, por lo menos, sí por ELA.

­¿Es tan difícil unir fuerzas ante la negociación colectiva?

El debate de cómo abordar la negociación colectiva no es un debate fácil. Es un problema que sacude al movimiento sindical europeo en su conjunto, hasta tal punto que en todos los sitios donde hay pluralidad sindical hay formas distintas de ver la forma de intervención sindical en la negociación colectiva y donde no la hay, donde hay sindicato unitario, también hay un gran debate interno.

­¿Por qué?

Porque pasa precisamente a partir de lo que está pasando en el mercado de trabajo y en la distribución de la riqueza. A la clase trabajadora se le está quitando riqueza a dos niveles: en la empresa y en la sociedad. En la primera, porque en la política salarial se está dando una desproporción entre beneficios y el salario. Y después se le quita por la vía impositiva. Se da una paradoja terrible: a los que se les quita renta en la empresa, también se les quita en la distribución.

­Sí, pero ¿dónde se encuentra la base o suelo del que habla para el acuerdo?

El movimiento sindical tiene que reconocer que es un enorme desafío esa situación, que hay que hacerle frente y, a partir de ahí, hay sindicatos que firman el convenio de grandes almacenes, el de banca, las refor- mas laborales y, desde luego, no estamos de acuerdo con esa dinámica que han abierto.

­No se vaya por las ramas, ¿cuál es la base?

LAB ha firmado en minoría el acuerdo de la enseñanza universitaria. Los elementos de discrepancia son la forma con que cada uno se sitúa ante elementos concretos. No se trata de descalificar, pero sí de decir cuál es el problema. El problema es que LAB firma en minoría, y nosotros no. Ese es un punto de desencuentro, que tiene consecuencias, porque no es un elemento aislado en la negociación colectiva. Lo que pasa es que vuelvo al punto inicial como es que consideramos estratégico un acuerdo con LAB, pero hay que abordarlo.

­Vale, con LAB hay voluntad de llegar a acuerdos, ¿y con el resto de centrales?

Creo que CCOO y UGT han tomado una decisión de firmar la reforma laboral, el convenio de grandes almacenes, el de banca, etc. No es que sea imposible, sino que unos van por una lado y otros vamos por otro.

­¿No hay ningún punto de intersección?

¿Con quién quiere que haga unidad de acción? ¿Con los que firman reforma laboral, con quiénes hacen acuerdos en minoría? Porque hay que unirse, pero ¿en qué condiciones? ¿Para hacer reformas laborales? ¿Para defender la centralización de la negociación colectiva? ¿Para utilizar la formación continua como elemento de financiación patronal y sindical? ¿Para eso? Los trabajadores ¿qué ganan con esa situación? ¿Ganan o pierden?

­Lo cierto es que el desencuentro está beneficiando a la patronal en todos los sentidos.

Bueno. UGT y CCOO llevan firmando cinco años acuerdos de negociación colectiva con la CEOE. Cuando hablan de unidad, ¿qué quieren? Que demos por buena esa firma. ¿Qué es lo que quieren? Es mejor en unidad, no hay que discutir lo que es obvio. Si firman con la CEOE todos los años, cuando dicen que quieren la unidad, ¿qué piden? Que se gestione ese acuerdo aquí. Cuando nos dicen que hay que luchar contra la temporalidad, ¿qué quieren decir? ¿Que están de acuerdo con la reforma laboral que posibilita desde la legislación que la gente esté peor? ¿Que se tengan que defender sus derechos desde más abajo?

­¿No se ve un acuerdo factible?

Teniendo en cuenta qué es lo que está pasando con los salarios, la distribución de la renta, y la presión de la patronal sobre los trabajadores, el debate debe ser qué tipo de sindicalismo hay que hacer. Cuando se llegue a un acuerdo sobre ese principio, estaremos de acuerdo en decir, si puede ser un sindicalismo de suma o no. Pero debate no es empezar a debatir sobre la unidad, sino qué tipo de sindicalismo hay que hacer para llegar a esa unidad.

­Si el resto coincide en tener salarios más altos, jornada más baja, trato más justoŠ

Entonces no se harían acuerdos con la CEOE un año tras otro, digo yo. A no ser que se diga que se pueden hacer ambas.

­Sí, sí, y.. ¿en salud laboral?

¿Qué pasa en salud laboral?

­Cada uno va por un lado.

No es un hecho aislado, no es algo distinto a todo lo demás. ¿Por qué lo va a ser?

­Porque se mueren trabajadores, por ejemplo.

Sí claro. Y eso lleva a que tengas que hacer un acuerdo en Madrid con la patronal para que te financie personal liberado, que no puede hacer lo que tiene que hacer en la defensa de la seguridad y la salud. El acuerdo sobre salud, el de formación continua, por el empleo, sobre la emigración y la reforma laboral son parte de un todo. Un sindicato no puede hacer una cosa de una manera y otra, de otra. Es utilizar de la manera más impresentable el tema de los accidentes. El hecho de que haya muertos todos los días no te lleva al debate que nos quiere llevar el sindicalismo que tiene una determinada relación amistosa con la patronal.

­Pero, por ejemplo, su sindicato firma convenios con CCOO y UGT, centrales que firman la reforma laboral, que acuerdan con la patronal...

Sí. En el ámbito de la empresa o en el sectorial. Cuando ves que un acuerdo es aceptable, lo firmas. -



«Las multinacionales vienen y van porque Euskadi es un paraíso fiscal»
Elorrieta es bastante crítico con el papel de la Administración de Lakua en la política industrial y cree que debiera de hacer algo más para poner trabas a las deslocalizaciones.

­¿Cómo ve los procesos de deslocalización?

La deslocalización es la gran capacidad de decisión unilateral que tienen los empresarios para venir y marcharse. ¿Qué se puede hacer? Creo que debiera de haber trabas para que aquello que se decide en determinados despachos tengan dificultades.

­¿Qué puede hacer la Administración pública?

Tiene márgenes para intervenir. No en concreto sobre la deslocalización, pero sí para hacer una política más consistente. Que las multinacionales, mientras ganen dinero, paguen impuestos. El problema de estas multinacionales que han venido aquí ha sido que han ganado mucho dinero. No han pagado casi nada, muy pocos impuestos, y luego se van. Es normal que paguen impuestos para tener una política industrial con más presupuesto, que tenga por objeto asentar infraestructuras, redes, dinámicas sectoriales y de empresa. Se necesita una orientación distinta a la que tenemos ahora.

­¿Como cuál?

Es sorprendente cuando oyes a la consejera de Industria de Lakua que los empresarios pueden venir y pueden marcharse. De lo que estamos hablando es que haga una política industrial para que no ocurra eso. No hay una política coherente. Ponen la cara más simpática para que vengan sin dificultad y cuando quieren, se van. Euskadi es un paraíso fiscal para los empresarios y para las multinacionales. -


 
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