Loli GARCIA | CCOO
Formación y empleo están totalmente ligados. La cualificación profesional es
importante para acceder al mercado de trabajo pero no lo es menos en el caso de
los trabajadores y trabajadoras que están en activo. La formación continua
supone la posibilidad de permanencia en el empleo, de mejora de las condiciones
laborales y es una herramienta fundamental (aunque no la única) a la hora de
poder defender la salud y seguridad en el trabajo. La cualificación de los
trabajadores supone invertir en el capital humano del mercado de trabajo que es
el recurso más importante.
Por eso, en CCOO consideramos imprescindible unir la formación al empleo. Y,
por eso, como sindicato tenemos la responsabilidad de extender el acceso a la
formación al conjunto de los trabajadores; especialmente a aquellos que están en
peores condiciones; debemos conseguir que ésta se realice dentro de la jornada
laboral, que se establezcan medidas de conciliación para lograr que las mujeres
participen también de ella, así como de las personas en situación de
precariedad.
En definitiva, la formación debe ser un derecho garantizado al conjunto de la
clase trabajadora. Pero además, debemos ligarlo a la negociación colectiva, para
aumentar la capacidad de decisión y de participación de los trabajadores y
trabajadoras en el diseño y la elaboración de esa formación; no podemos dejarlo
sólo en manos del empresario.
Hobetuz nació para hablar de todos estos temas. Pero en Hobetuz no hablamos
de formación. El Acuerdo Vasco para la Formación Continua se firma en 1995 y
cualquier parecido entre lo que decía aquel texto con la realidad de lo que
Hobetuz ha ido desarrollando es pura coincidencia. Hay organizaciones que han
querido modificar y cambiar el acuerdo sin denunciarlo y erigiéndose máximos
defensores de él pero bloqueando en Hobetuz la posibilidad de avance y
desarrollo de políticas de formación. ELA y LAB quieren que la formación la
desarrolle el Gobierno Vasco y las empresas sin hablar de la participación de
los trabajadores y trabajadoras, no sabemos con qué oscuros intereses.
Es cierto que Hobetuz tiene un problema de financiación; pero esto ocurre
desde su inicio, porque la financiación nunca ha tenido un carácter estable;
siempre se ha basado en acuerdos entre partidos políticos (PNV-PP).
Desgraciadamente, a día de hoy ese no es el único problema. Desde 2003, Hobetuz
como tal no ha sacado convocatorias, lo ha hecho el propio Gobierno Vasco; en
2004 y 2005 se han devuelto fondos de los destinados a acciones formativas. Y en
2005 se ha tensado tanto la cuerda que se ha roto. Algunos, en lugar de hablar
de sus propias propuestas, esas que nadie conoce, sólo saben argumentar sobre
sospechas de financiación irregular por parte de otros. Argumentos que ya huelen
y que son totalmente falsos. Pero además es que en los últimos dos años han
salido las convocatorias del Gobierno con la abstención de patronal y sindicatos
sin que los agentes sociales tuviéramos la posibilidad de gestionar nada. Por lo
tanto este argumento no vale.
Si tenemos modelos de formación diferentes,discutámoslos. Si todos estamos
dispuestos a escucharnos y a hacer concesiones en algunos de nuestros
planteamientos seguro que llegamos a acuerdos; eso se llama cultura democrática.
Lo que sucede en Hobetuz no es diferente a lo que sucede en el CRL, CES y otros
órganos de participación sociolaboral, donde desde la prepotencia, el uso
constante de la mentira y la imposición se pretende establecer relaciones
bilaterales y excluyentes al margen del diálogo y la concertación. Y digo yo,
alguna responsabilidad tendrá el Gobierno Vasco, que ha permitido, y en algunos
casos aplaudido, esta forma de actuación. Y alguna responsabilidad tendrá o
tendrán ELA y LAB, que han ejercido su mayoría para bloquear todas las
iniciativas que hayan podido surgir. Eso sí, pueden seguir echando balones
fuera.