Miguel Balliache expone pintura y por primera vez escultura en la galería Ekain
Es hijo de una prima de José Luis Zumeta. Un parentesco tan lejano no explica, por supuesto, su vocación artística, pero gracias a la familia materna ha mantenido una estrecha relación con Euskal Herria y se está abriendo un hueco en el calendario de exposiciones. Realiza una pintura de corte impresionista y por primera vez muestra en Ekain sus esculturas.
DONOSTIA
Nació en Caracas en 1973. Realizó estudios de arquitectura, pero nunca ha llegado a ejercer, puesto que siendo ya estudiante comenzó a destacar como pintor. Miguel Belliache es de madre donostiarra, que de joven vivió en el caserío de José Luis Zumeta, en Usurbil, cuando sus padres emigraron a Caracas. La hija les seguiría años más tarde. «Mi madre tenía en Caracas una oficina de arquitectura y estudié arquitectura por esa razón, pero no he tenido más influencia artística en la familia. No había pintura vasca. Había, eso sí, un calendario que mostraba dantzaris bailando en el monte, pero nada más. Ahora sí que tengo un contacto mucho más estrecho. A los 17 años sabía que iba a ser pintor, porque no soporto el trabajo de la oficina. He realizado cursos de pintura, escultura, joyería y grabado, siempre compaginando con mis estudios de arquitectura», dice mientras da algunos retoques a los cuadros que cuelgan de las paredes de Ekain, en Donostia.Perteneció al grupo Plástica de la Universidad de Caracas y participó en varias muestras colectivas. Vivió un año en Miami, a donde vuelve a menudo, porque considera que es el mejor punto para introducirse en el mercado americano y latinoamericano. En su pintura apenas se muestran las influencias del arte indigenista. «Es posible que haya rasgos latinos y hasta indígenas en la utilización del color, pero tales influencias son muy discretas. No me gusta marcar las raíces. Creo que ya todos participamos de las mismas influencias universales», señala. «Yo expreso en la pintura la carga que llevo dentro y esa carga depende de múltiples factores. Hoy en día, en cualquier punto del mundo estamos al tanto de lo que pasa en Nueva York o en Berlín. Ya no se ve Europa como un objetivo. Pienso que Miami, por ejemplo, es mucho más interesante para nosotros. Hay un concentración de artistas de toda Latinoamérica que viven y trabajan allí», prosigue. En Euskal Herria ha participado en exposiciones tan importantes como el que realizó junto a Xabier Uberuaga y Wolf Hamm en el mercado de Erandio, tras la muestra que Epelde y Mardaras realizó con obra de José Luis Zumeta en el mismo local. «Eramos tres pintores que nos vincularon por la edad. Teníamos 30 años. Cada cual tenía su línea», dijo. De su línea dice que es una pintura muy introspectiva. Ha realizado también exposiciones en Gaspar, de Errenteria, y otra en Drum, en Donostia. La exposición permanecerá en Ekain hasta 20 de noviembre y en ella muestra algunas de sus esculturas más recientes.
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