Violín consagrado
Siempre las flores musicales emanadas del quehacer de Aita Donosita (1886-1956) tienen calor fervoroso. Eso dejan traslucir sus perfiladas y breves “Acuarelas Vascas” (1932), de las cuales el primer número, el más elaborado, “Zubero Herrialde”, da paso a cuatro canciones populares, elaboradas por el ancestral txistu y tamboril, propias para la danza tanto de la bebida (edate), de las manzanas (sagar), de manos (esku) o del mirlo (zozo dantza). Quizás faltas del ritmo airoso tan propio y característico. Johannes Brahms (1833-1897), cálido amigo de Clara Schumann, hablaba con ella del origen del inmaterial arte de los sonidos, que le condujo a componer el impracticable “Concierto para violín y orquesta en re mayor, Op. 77” (1879), que el joven violinista alemán Frank Meter Zimmermann se ha encargado de interpretar soberbiamente con un pulido timbre sonoro encandilador, una técnica irreprochable y unamatización y expresividad magistral. Si elnuevo vino en viejas botellas derramado por Brahms el otro alemán Zimmermann lo ha convertido en buen vino en odres actuales, nos damos por satisfechos con un ejemplar intérprete de violín moderno, entregado y profesional. La cadenza virtuosística colmó aún más una interpretación tan acabada en trinos y dobles cuerdas cantabiles adornada. Los aplausos interminables del público lograron una finta delicada de un Bach nunca insaciable. -
OTXANDIO
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