Nos ponen un letrero en un lateral y nos aseguran que son “secuencias sin cortes”. Se trata de un programa de magia que emite Cuatro la noche de los sábados y que es agradable, entretenido y divertido. “Nadaxaquí” se llama, lo presentan cuatro jóvenes prestidigitadores, magos, habladores, embaucadores, encantadores de mentes y ojos y se rodean siempre de otros artistas de fama mundial que nos dejan constantemente con un bosquejo de sorpresa. Lo que no me acaba de convencer es lo de “sin cortes”. Y no me convence porque siempre que hacen estas cosas lo hacen en la calle y nos dan una actuación entera, pero después nos montan, con cortar y pegar, otras, además de ofrecernos con diferentes cámaras los momentos más importantes. Seguro que sí, que no necesitan trucos televisivos, ni digitales para sus maravillosas magias físicas y metafísicas. Es una gozada, un programa de esos que puede colocarse en la noche del sábado, o en la tarde del domingo, porque es realmente para público familiar.

Casi sin cortes, TVE, encadenó varios fracasos relativos. La selección de Luis Aragonés volvió a pinchar, la primera estatal empezó una serie estilo y formato culebrón con ricos, que es bastante mejorable de principio a fin y a continuación colocó una edición de esa cosa que se llama “El Rondo” y que sirve para que veamos gritar a un señor que se llama Roberto Gómez que debe ser un empleado del Real Madrid. O un becario de Villar. No lo tengo claro. Junto al gritón otros periodistas deportivos y algunos profesionales de la materia. Bastante más sensatos los profesionales del fútbol, que los que viven del fútbol desde la banda, el micro o el ordenador. Algún día se tendrá que explicar las razones por las que en las secciones deportivas, bueno, casi exclusivamente en las futbolísticas, se puede opinar de una manera tan penosa, hacer del rumor noticia constante y analizar los resultados siempre desde la inquina partidaria, de forofo o de patriotismo. Es un virus que corroe. En todas las cadenas: La Sexta, con un carrusel internacional, con tres partidos de clasificación de selecciones simultaneados. Y de colofón vemos un Euskadi-Catalunya, sin cortarnos un pelín. -