DEPORTIVO ALAVES 1
ALMERIA
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GASTEIZ
Un gol de cabeza del central Pablo Casar a la salida de un corner en el minuto 84 puso fin a casi trescientos de sequía en Liga y sirvió para desatascar un tapón que empezaba a enquistarse. Yes que, aunque hubo cierta mejoría con respecto a la última comparecencia en Mendizorrotza, en gran parte porque el Almería no se limitó a esperar tanto como el Tenerife, en el momento en el que el defensa cántabro conectó el cabezazo que batió a Sander Westerveld, el público local llevaba bastante tiempo realizando muestras de desaprobación hacia el juego albiazul, que volvió a mostrar grandes carencias a la hora de generar ocasiones.Lejos, en las antípodas de aquel modelo ultraofensivo que pregonaron en su llegada a Gasteiz, Cos y Piterman han apostado por construir el equipo en base a una solidez defensiva que parece consolidarse pero que, especialmente en casa, debería ser aderezada con algo más de creación y continuidad, porque un equipo que presume de tener una de las mejores plantillas de la categoría y que aspira a ser una referencia en Segunda no puede depositar todas sus opciones a la inspiración de sus atacantes.
Ayer el remate de Pablo Casar no sólo hizo buena la apuesta de la comisión deportiva y le sirvió para obtener un triunfo vital para no descolgarse, sino que hizo desaparecer buena parte de la sensación de tedio e impotencia que comenzaba a agobiar a muchos de los pocos aficionados que se acercan a Mendizorrotza.
Con las líneas muy separadas y sin un canalizador de juego, la baja de Aloisi le dio una opción de jugar de enganche a Rubén Navarro que éste no aprovechó y el juego albiazul volvió a evidenciar grandes lagunas de recursos y ambición. Con un De Lucas nada fino y un Toni Moral completamente desconectado, el pelotazo en busca de la espalda de los centrales almerienses se convirtió en un recurso demasiado vulgar ante la buena defensa de Unai Emery.
Como ante el Tenerife, todo pudo cambiar en el inicio si el colegiado no hubiera anulado por fuera de juego el gol marcado por Martín Astudillo a la salida de una falta botada por Rubén Navarro y peinada por Quique De Lucas.
Parece que el árbitro acertó en su decisión y a los albiazules se les presentó la para ellos complicada misión de tener que llevar la iniciativa en el juego, algo que volvió a atragantárseles ante un Almería que demostraba capacidad de peligro con tres medias puntas de calidad que obligaron a Bonano a tener que emplearse. Sin continuidad, una falta bien ejecutada por Rubén Navarro al larguero fue la mejor opción de un equipo que tuvo que cambiar a un lesionado Edu Alonso por Coromina, con lo que perdía algo más de profundidad.
Comenzó movida la segunda mitad, con claras opciones para ambos equipos. Primero De Lucas se durmió cuando Ogbeche le metió un gran pase interior para terminar cayendo ante la entrada de dos centrales, pero respondió pronto el Almería, primero con un remate de Crusat que Lacen sacó bajo con el pecho sobre la línea.
Poco a poco el equipo almeriense se fue encontrando más cómodo sobre el terreno de juego, llegando a tener un control sobre el esférico que llegó a ser insultante y que suscitó sonoras pitadas del público. Esta superioridad hizo que Unai Emery fuera creyendo en el triunfo, algo que benefició al Alavés, ya que el partido se abrió y Jandro tuvo en sus botas dos claras oportunidades de adelantar a su equipo, pero sus dos remates buscando la escuadra se marcharon fuera. Afortunadamente, cuando la desesperaciónse hacía más patente, Casar conectó el cabezazo del triunfo.
