El día en que se agotaba el plazo para presentar las propuestas de declaración cara al pleno del día 25, el PPE presentó su texto de rechazo frontal al proceso abierto en Euskal Herria. El consensuado por los grupos Liberal , Socialista, Los Verdes-ALE e Izquierda Unitaria, el que cuenta con más posibilidades de ser aprobado, se registró también, aunque apurando plazos, en razón de las negociaciones de última hora, que sin duda seguirá en los próximos días, cara a buscar un pronunciamiento unitario que, todo hay que decirlo, ayer se veía bien lejano.

Los prolegómenos del pleno en Estrasburgo están retratando a una derecha española encastillada, lo que, lejos de constituir una buena noticia, no lo es ya que, como se ha demostrado en otras experiencias como la irlandesa, la búsqueda de la solución política a un conflicto de igual naturaleza es una apuesta a largo plazo, que supera los estrechos márgenes de la la legislatura de un gobierno, y requiere, a ser posible, una estrategia de Estado que ratifique su solidez. Sin embargo, salvo sorpresas en próximos días, los partidos españoles serán incapaces de proyectar una visión estatal cara a la superación del conflicto y al procedimiento dispuesto para superarlo, esto es, la constitución de una doble mesa, una entre ETA y el Gobierno español, y otra entre todos los partidos políticos vascos.

El PP ha preferido librar una batalla por cuenta propia aun a costa de perder perfil de partido de Estado en Europa y hasta el apoyo de una parte nada desdeñable de sus aliados. Todo con tal de poner zancadillas a un pronunciamiento unánime de la Eurocámara en base a una propuesta de consenso ­un texto, por cierto, para nada ambicioso, al no ir más allá de reproducir los pronunciamientos de diversas instituciones a raíz del alto el fuego permanente declarado por ETA el pasado marzo­, pero cuya mayor virtud es que va a dar pie a un debate en el que se constatará que si en la Eurocámara se habla hoy del proceso abierto en Euskal Herria es porque en este territorio europeo existe un conflicto político que busca vías de solución.

Si PP y PSOE aspiran el 25 a llevar a Europa su batalla partidista, ésa es su responsabilidad. A Euskal Herria ese día le toca aportar un auténtico pedigree político al eurodebate, lo que implica trasladar a la sede de la Eurocámara que el proceso que necesita nuestro país es aquel que restituya a su ciudadanía el derecho a decidir su futuro en paz. -