Todo colectivo humano tiene necesidad de evaluar cada cierto tiempo su propia situación, analizar los problemas que ha de afrontar de forma colectiva, estudiar los pasos a dar y tomar decisiones.
Y los pueblos, las naciones, no son una excepción.
Españoles y franceses celebran periódicamente sus debates parlamentarios sobre el estado de la Nación y de la República, respectivamente. Allí se zafan líderes y opositores en busca en teoría al menos de las mejores soluciones a sus problemas.
Así lo hacen también en el resto del mundo. Desde el debate sobre el estado de la Unión, en Washington, hasta el plenario del Congreso Popular Chino. Cada cual a su manera y con sus limitaciones, es evidente, pero con el objetivo de acceder en primer lugar a una visión de conjunto.
Lo hacen, incluso, los kurdos, diseminados en tres poderosos estados. También ellos cuentan con su propio parlamento, el que analiza la realidad presente de su colectividad, establece prioridades sobre las necesidades más perentorias y armoniza el trabajo de sus organizaciones.
Los vascos, por contra, tenemos que resignarnos a que en Gasteiz se debata sobre el Estado de la Comunidad Autónoma de tres provincias; en Iruñea se debata sobre el mo- mento de la Comunidad Foral y los tres territorios de Ipar Euskal Herria han de ver cómo su problemática se difumina en el debate de París o en el descentralizado de los Pyrinées Atlantiques.
No podemos, a fecha de hoy, estudiar la realidad del euskara una lengua en peligro de extinción y nuestro mayor patrimonio en el conjunto de nuestro país. Y si no podemos contemplar el problema en su conjunto, difícilmente podremos poner remedio a sus males y coto a los atropellos de que es víctima.
Tampoco la economía vasca reúne sus datos en un solo tomo. Y si no podemos estudiar una realidad económica con perspectiva de conjunto difícilmente podremos debatir sobre la riqueza que generamos y su reparto. Pregunten, por ejemplo, a los arrantzales.
Hay centenares de ejemplos para explicar la necesidad perentoria de ese foro. Baste para ello, sin embargo, constatar que todo el mundo lo tiene y lo usa. Los vascos tenemos una oportunidad en el Nazio Eztabaidagunea que celebrará su sesión a finales de este mes en Burlata. Sólo queda desearles acierto. -