En CSI juntaron a los dos equipos de Miami y Nueva York para ofrecernos una entrega recargada, multidisciplinar, para que los viciosos de la serie tuvieran donde cotejar, donde comparar plano contra plano. Lo ideal sería que también aparecieran los de Las Vegas, entonces sería un trifásico, un tripartito, un colmado de colmillos en Estocolmo, que debe ser el colmo de los colmos. El capítulo sucedía en Nueva York y sirvió para aumentar la sinergia entre las versiones, para ver cómo se pueden mezclar y cómo, al final, todos los seres humanos, en todas las profesiones, vamos dejando rastros, secuelas, amigos, amores, desencuentros, que al final vuelven a apoderarse de algunos minutos, horas o días de nuestras vidas.

Ya tenemos al genuino Doctor House con sus nuevos capítulos. El de siempre, con más precisión en sus apreciaciones, como si los dialoguistas hubieran comprimido todavía más sus cápsulas de mala baba. El actor parece funcionar perfectamente en medio de esas batas blancas, de esos pacientes, de esos problemas humanos que alcanza categoría de tragedia, pero que para el doctor, es decir para ese personaje tan abrupto, tan humano, tan humanizado, son simples objetos de diagnóstico. La persona que hay detrás del problema médico es lo que deja apartado, o la trata de una manera delegada, él está contratado para luchar contra la enfermedad, no para atender las necesidades sicológicas de los pacientes. Es una interpretación por libre que yo intento canalizar para entender mi insalvable vicio por esta serie. ¿Cómo es posible que mantenga escenas en donde se pasan tres o cuatro minutos dando posibles diagnósticos empleando un lenguaje iniciático, un leguaje médico, absolutamente incomprensible para los ajenos al secreto? Pues nos entran con suavidad, nos parece, incluso, que recibimos una lección de medicina aplicada y esperamos los resultados de los análisis o de las pruebas nucleares. Pero lo que nos envicia son los ojos de House, su rictus, su vida interior, el saber que es un dependiente de fármacos, un ser imperfecto. Pensaba ahora, un día llega Grey para visitar a una amiga médica y se lía con House que está atendiendo a Grissom. Vicio. -