Paco de La Zaranda | Director y actor del grupo teatral La Zaranda
«El trabajo se estrenará hoy y todavía no sé si es niño o niña, porque todavía no se ha parido»
El grupo andaluz La Zaranda, reconocido a nivel internacional, estrenará hoy en Baiona su último trabajo «Los que ríen los últimos» dentro del festival de teatro Translatines. Con esta obra, el grupo, con una trayectoria de casi 30 años, vuelve a sus raíces con los tres actores que crearon el grupo y en la que una vez más presentan «lo que son».
Rodeado de periodistas, Paco de La Zaranda, director
del grupo teatral que lleva su nombre, intentó explicar los entresijos del
estreno de su nueva obra.
¿Qué es la Zaranda? Llevamos trabajando casi treinta años y llegamos
aquí con un trabajo que se estrenará hoy, y que todavía no sé si es niño o niña,
porque todavía no se ha parido. Nosotros nacimos en el año 78 en un pueblo del
sur, del sur de España que se llama Jerez de la Frontera. La expresión grande de
ese pueblo es el flamenco. Nosotros no somos gente de flamenco y, sin embargo,
queríamos hacer un teatro que tuviese la fuerza expresiva que tiene el flamenco,
un teatro que surgiera de la necesidad de expresarnos, de la necesidad de decir
qué somos, qué sentimos. Hemos hecho como diez o doce espectáculos y hemos
recorrido medio mundo y aquí estamos empezando de nuevo con un espectáculo que
se llama “Los que ríen los últimos”.
¿Este último trabajo es como una vuelta a las raíces?
Hay un reencuentro con nosotros mismos, nosotros estuvimos en Translatines en el año 97 con un espectáculo que se llamaba “Vinagre de Jerez” y en esa obra también estábamos los tres actores que estamos en el espectáculo de ahora, en ningún espectáculo más hemos estado solos, y ahora que estamos de nuevo los tres hemos empezado por Baiona, fíjate qué casualidad.
¿Por qué decidieron trabajar los tres solos?
En el anterior trabajo que funcionó muy bien y se titulaba “Homenaje a los malditos”, estuvimos en Barakaldo, no hace tanto tiempo. Como somos un grupo numeroso, teníamos ganas de volver a encontrarnos los tres solos, para ver qué podíamos hacer, para ver cuál es la médula de La Zaranda, lo que sostiene el grupo. La verdad es que el proceso de creación ha sido gratificante, aunque ha sido largo.
¿Cuánto tiempo ha durado la preparación?
Han sido tres meses encerrados y pasando un calor terrible en Jerez. Pero poco le puedo hablar del trabajo, porque todavía no se ha parido. Nadie ha visto el trabajo, ni siquiera amigos nuestros. Hoy se verá por primera vez y eso siempre es un enigma. Personalmente estoy tranquilo, porque sé que el trabajo es lo que es. Nosotros siempre hemos dicho que hacemos el trabajo que somos. El trabajo antes que nada tiene que ser verdad y en el trabajo hay una parte importante de nuestra verdad. No hacemos el trabajo para gustar o para no gustar; es más, me atrevo a decir que no somos nosotros los que creamos o no creamos el espectáculo, sino que somos instrumentos a través del cual la creación se manifiesta. Por supuesto con mucho trabajo, porque sin trabajo nada se crea. Es muy complicado, yo siempre he dicho que el teatro que se puede explicar no es buen teatro. Nosotros estamos más cerca del arte que del teatro y el arte es verdad, es una manifestación de lo absoluto, de lo que no conozco.
¿Cual es la vía que utilizan para expresar ese arte?
La vía es la fe, el teatro antes que nada es fe y es amor. Son las dos palabras mágicas del teatro, por eso el teatro está tan cerca de la vida, más que otro arte, sucede, es una revelación. Cuando estás creando hay cosas que hasta a ti mismo te sorprenden, viene y se plasma encima del escenario sin saber por qué, sin saber explicártelo. No se puede explicar, porque la vida tampoco se puede explicar, porque el amor no se puede explicar, son sentimientos puros. De ahí que siempre me negué a explicar los trabajos y cuando intento explicarlo siento que lo estropeo todo.
¿Cual era la idea que querían hacer llegar?
Hay un techo de inicio que luego va tomando los derroteros que la creación va marcando. El resultado a veces poco tiene que ver con la idea inicial, es otra cosa. Hay una anécdota en el trabajo, pero la anécdota es lo que menos importa en nuestros trabajos, porque nuestros trabajos son muy visuales, hay una poética de la imagen muy importante. Aunque aquí hay un texto muy profundo.
¿Cuál es la anécdota?
La anécdota es que hay unos payasos que inician un viaje buscando un circo donde trabajar y contamos qué les ocurre en el camino. Pero la anécdota es lo de menos, contado así parece que no es nada, pero es una hora y media muy intensa donde salen muchísimas cosas.
¿Cómo es visualmente?
Nosotros si hemos llamado la atención es por la fuerza de nuestras imágenes y en este trabajo, como en los anteriores, la imagen tiene una fuerza importante.
¿Es la imagen de los payasos tristes?
Es que no son exactamente payasos. Por eso no quiero contar la historia, porque ésa es la anécdota. El público no tiene por qué ver payasos. Me gusta así, porque los personajes siempre son habitantes de la conciencia del que los mire. Todos tenemos algo de esos personajes dentro de nosotros mismos, de ahí que yo al público siempre le pido que sea cómplice de lo que allí está sucediendo. El público entra o no entra y lo que está allí está dentro de su cabeza, cuando salen no saben si eso es verdad o mentira, o un sueño. Hasta ahora en todos los trabajos ha ocurrido eso, en el de ahora todavía no lo sé, porque no sé como va a reaccionar el público. En el trabajo de ahora hemos intentado distanciarnos de lo que hemos venido haciendo, pero sin perder la esencia de los postulados de La Zaranda. Aunque realmente no sé qué es distanciarse, porque si no cambias dicen que te repites, y si cambias dicen que ya no eres lo mismo. Pero en el trabajo se plasma lo que nosotros somos y lo que nosotros sentimos, no hay nada más. Irremediablemente “Los que ríen los últimos” es el trabajo que tenía que hacer La Zaranda y no otro.
¿Porqué se titula «Los que ríen los
últimos»? A mí me gustaría saber por qué. Se llama así porque los procesos de creación nuestros empiezan mucho antes de entrar de lleno a trabajar y cuando termina un proceso ya ha empezado otro. El título nace sin que sepamos por qué. Sólo sabemos que tiene que titularse así y no de otra forma. Si el título hubiera sido otro, hubiera sido otra obra. ¿Porqué decididieron estrenar este trabajo
en Baiona?
Llevan varios años detrás de nosotros. También quisieron traer el anterior trabajo, pero no pudimos por cuestión de fechas. Y aquí o era el estreno o no podía ser, así que decidimos estrenar aquí. El anterior lo hicimos en París y este aquí. La verdad es que me siento a gusto aquí, la gente es muy amable en Baiona y tengo un buen recuerdo de cuando estuvimos aquí con “Vinagre de Jerez”. Por lo menos hubo un montón de locos que comulgaron con nosotros y hemos podido seguir haciendo teatro. Después del estreno nos vamos a Granada, donde se inicia la gira por España y más tarde iremos a América. -
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