Detectan larvas del mejillón cebra en la cuenca del Arga
Cinco ríos de la cuenca del Ebro, entre los que se encuentra el Arga, están ya contaminados por el mejillón cebra, según los muestreos realizados por los técnicos, que se han sorprendido por la rápida propagación de esta especie invasora que provoca graves afecciones medioambientales y económicas.
ZARAGOZA
Cinco ríos de la cuenca del Ebro, entre los que se encuentra el Arga, están ya contaminados por el mejillón cebra, según un muestreo, en el que sorprende la rápida propagación de la especie invasora. El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), José Luis Alonso, informó de este estudio en el seminario internacional “Estrategias de actuación en aguas afectadas por el mejillón cebra”, acto en el que el director general de Biodiversidad, José Luis Herranz, anunció que la ministra española Cristina Narbona pedirá a la Unión Europea la elaboración de una estrategia para luchar contra esta especie. Este molusco bivalvo, originario del Mar Caspio y de nombre científico Dreissena polymorpha, ha sido detectado en 8 de los 25 «muestreos de emergencia» llevados a cabo en el Ebro entre el 29 de setiembre y el 6 de octubre, tras la aparición de ejemplares adultos en el embalse de Sobrón y en el salto hidroeléctrico de Puentelarra, en Araba. La aparición de larvas en los afluentes ha sido una «sorpresa desagradable», ya que la plaga se ha propagado «con más rapidez de lo que esperábamos», afirmó Alonso, quien informó que se trabaja en un Plan de Choque que estará acabado antes de finalizar este año.
En Huarte y Lodosa
Por lo que respecta a las larvas detectadas en las últimas muestras, en Euskal Herria se han detectado en el Arga a su paso por Huarte y Lodosa.Los expertos hablan de dos grandes frentes abiertos en la lucha contra este molusco bivalvo de agua dulce, frenar su expansión y aprender a convivir con la especie, ya que es un problema que «vamos a tener durante muchos años». La población tiene que concienciarse de que se está ante un «problema gigantesco» que se asume entre todos o las medidas no tendrán éxito, por lo que habrá que hacer un «gran esfuerzo», enfatizó Alonso. «No se pueden poner puertas al campo», añadió el responsable de la CHE, quien reconoció que es difícil controlar los 50.000 kilómetros de cursos fluviales de la cuenca.
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