LONDRES
Gran Bretaña e Irlanda anunciaron ayer que restringirán los derechos de trabajo de los ciudadanos rumanos y búlgaros, una vez que estos dos países entren en la Unión Europea el próximo 1 de enero.El ministro de Interior británico, John Reid, adelantó que los búlgaros y los rumanos podrán trabajar como autónomos, y que el único tipo de trabajo no cualificado que se permitirá será en la agricultura y en la industria alimentaria.
Estas limitaciones contrastan con la política de «puertas abiertas» que Gran Bretaña aplica con los ocho países ex soviéticos que se integraron en la UE en mayo de 2004. En la actualidad pueden trabajar las personas de estos ocho estados que cotizan como autónomas, inmigrantes con elevados nivel de educación, inmigrantes con educación media y con permisos de trabajo, estudiantes y trabajadores de la industria alimentaria y agricultura.
Reid justifica las restricciones con esta nueva ampliación argumentando que desea evitar otra «entrada en masa» de inmigrantes. En 2004, el Ministerio de Interior esperaba la llegada de 15.000 inmigrantes al año de países del Este, pero en dos años llegaron 600.000.
Aun así, el ministro Reid defendió esta política de «puertas abiertas» ayer ante el Parlamento, porque, según dijo, ha permitido que los inmigrantes cubrieran puestos de trabajo que estaban vacantes, aunque reconoció que algunas escuelas se han desbordado y que no hay vivienda para todos.
Gran Bretaña prometió revisar anualmente estas restricciones dependiendo de las necesidades de mano de obra de sus empresarios. Irlanda, por su parte, sopesará las limitaciones a búlgaros y rumanos en 2008.