BILBO
La flota que participa en la Velux-5 Océanos fue castigada a su paso por la costa de Galicia por vientos de más de 120 kilómetros por hora y olas de 14 metros, condiciones «equiparables a las de un huracán» que obligaron a cuatro de los seis barcos a poner rumbo a distintos puertos para reparar daños. Uno de ellos es el "Pakea-BBK" de Unai Basurko. El vasco tenía previsto regresar a medianoche a Getxo, punto de partida de la regata el domingo para solucionar los desperfectos sufridos en dos de sus velas menores, el génova y la trinqueta. Además, tres miembros de su equipo de tierra tenían la intención de salir a buscarle en una zodiac hasta el Abra Exterior.
Según pudo comunicar el marino vizcaino a su equipo de tierra, el mástil y los demás elementos básicos de su 'Open 60' se encuentran «en buen estado», a expensas de realizar un examen más exhaustivo en el Puerto Deportivo que determinará el alcance real de los daños.
Los colaboradores de Basurko aseguraron que el portugalujo estaba «animado» y «con muchas ganas», y que los problemas sufridos por el barco «no son serios». Por lo tanto, una vez repuesto el velamen y cuando los partes sean más benévolos, podrá reanudar el desafío. Ninguno de esos partes facilitados el pasado domingo, que apuntaban a un máximo de 60 nudos de viento, llegó a prever la durísima galerna que castigó a los participantes, sobre todo en su aproximación a Finisterre.
Así las cosas, el suizo Bernard Stamm (Cheminées Poujoulat) líder al cierre de esta edición y el japonés Kojiro Shiraishi (Spirit of Yukoh) eran los dos únicos participantes que ayer continuaban en el agua rumbo a Fremantle (Australia).
El primer skipper en tomar la decisión de acercarse a tierra, y que como sus tres compañeros será penalizado con 48 horas, fue el 'Hugo Boss' de Alex Thomson. El galés arribó a Gijón con la génova rota después de una «atroz» travesía de 36 horas por un Golfo de Bizkaia que, según los expertos, recordó las condiciones en las que seis regatistas en la Rolex Sydney Hobart murieron en 1998.
Mike Golding (Ecover), otro de los damnificados, piensa reponerse en A Coruña, el mismo punto donde se esperaba a Sir Robin Knox-Johnston (Saga Insurance) dentro de «uno o dos días».
