El debate de hoy en Estrasburgo les ha terminado de desquiciar a algunos. I�aki Ezkerra ayer, en �La raz�n�, proclamaba con solemnidad que el de hoy �es un d�a grande para ETA� porque �el Gobierno va a cumplir en el Parlamento Europeo el viejo y dorado sue�o de los terroristas de �internacionalizar� por fin lo que ellos llaman �el conflicto� y dar as� carta de legitimidad a su mentirosa y paranoica interpretaci�n de lo que ha sucedido en el Pa�s Vasco�.

Lo que le repatea al Ezkerra es que �por pura ignorancia, o por ciego oportunismo el PSOE no ha reparado en que al aceptar el s�mil irland�s que sostiene su negociaci�n con ETA est� haciendo suya tambi�n la versi�n nacionalista de Euskadi como un caso de colonialismo espa�ol semejante al brit�nico en el Ulster�.

Y de lo que se trata ahora es de evitar que alguien piense que los casos se parecen. No la vayamos a liar:�El independentismo de Irlanda s� nace, efectivamente, de un avasallamiento colonial de siglos que conllev� sufrimiento y pobreza, de agravios pol�ticos, derrotas b�licas, confiscaciones de tierras, grandes sangr�as e imposiciones religiosas mientras que el independentismo vasco, como el catal�n, surge de la integraci�n, el privilegio y la riqueza industrial. Eso es lo que hace a ambos m�s imperdonables. El nacionalismo vasco se aprovecha de la excesiva tolerancia de la democracia espa�ola mientras el irland�s a�n padece intolerables provocaciones de la arrogancia inglesa�. Al final va a aplaudir a Gerry Adams, ya lo ver�n.

Y ahora, el redoble del nacionalista espa�ol:�El Pa�s Vasco no ha sido conquistado por Espa�a sino que es parte de Espa�a y ha participado en todas sus grandes empresas hist�ricas. Aceptar la comparaci�n irlandesa es negar a Ignacio de Loyola, que fue un capit�n del ej�rcito espa�ol as� como un mutilado de guerra, y a Juan Sebasti�n Elcano, el marino de Guetaria que pese a su avanzada edad y su mala salud muri� navegando en el Pac�fico s�lo por querer contentar a Carlos V, su emperador�.

Pero, despu�s de tanta milonga, lo que de verdad le duele es que �reconocido el derecho de autodeterminaci�n, queda reconocido el derecho a la reedici�n de la consulta�. Y, claro, si se reedita la consulta puede suceder que un d�a las vascas (y los vascos, claro) decidamos lo que no le gusta a Ezkerra. Pues qu� bien. -

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