Txotxe Andueza
«Sueños poblados de cascos azules»
Dicen las crónicas que no han quedado plazas hoteleras libres en 100 kilómetros alrededor de Estrasburgo, ciudad que hoy es sede de un debate que, contrariamente a lo que sucede en el día a día del Parlamento Europeo, ha generado alta expectación. Han ido desde militantes de organizaciones políticas y sociales vascas, que desean que la institución europea respalde un proceso político para la superación del conflicto en Euskal Herria, hasta quienes desde las catacumbas del reino de España claman al cielo por el simple hecho de que en Europa se debata sobre la existencia de un conflicto político en Euskal Herria, pasando por quienes buscan en este debate un mero reforzamiento de sus tesis particulares en torno al conflicto. Por su parte, quienes salían ayer en autobús con sus ikurriñas y pancartas a meterse miles de kilómetros entre pecho y espalda, dispuestos a pasar horas ante la sede parlamentaria, reclamarán de los eurodiputados el apoyo a una idea que de puro democrática casi avergüenza tener que defenderla: que la ciudadanía vasca debe tener la palabra y la decisión en un proceso democrático de resolución. Así pues, parece que hoy se juega mucho para los vascos en Estrasburgo, aunque la decisión final sea una declaración política sin plasmación práctica en el corto plazo. Y por ello, las declaraciones son muchas y variadas: el PP dice que «gane quien gane, ETA ya ha ganado», el PSOE le ataca porque «no quiere que Europa apoye la paz» y Batasuna se congratula de que la cuestión política de Euskal Herria entre en el entramado comunitario. Tres versiones distintas para un único hecho: el Parlamento Europeo, hasta hoy, no había debatido uno de los conflictos inter- nos de mayor calado de la Unión Europea. Y poco va a aportar a los muchos conflictos internacionales que trata, y sobre los que adopta medidas, quien no es capaz siquiera de abordar el problema que algunos de sus estados miembros tienen con el pueblo vasco. Sin esperar más que ese paso, histórico tal vez más por lo novedoso que por su valor práctico, me quedo con la frase escrita por un columnista de Vocento en relación a este debate: «...los nacionalistas, cruentos o no, siempre han tenido los sueños poblados de cascos azules». Los nacionalistas españoles, siempre con sus uniformes; habiendo militares para ganar batallas, para qué hablar, para qué debatir, ¿no? -
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