La Confederación Sindical Internacional nace para promover «un desarrollo más justo»
La Confederación Sindical Internacional (CSI) se fundó ayer en Viena con el objetivo de unificar el movimiento sindical para defender los derechos de los trabajadores ante «los desafíos» de la globalización y para promover «un desarrollo a escala mundial más humano y más justo y solidario, que permita a todos el acceso a un empleo decente». Esta nueva entidad, que agrupa a 306 sindicatos de más de 150 países, se convierte así en la mayor central sindical de la historia tras la adopción de la declaración de principios y estatutos en la primera jornada de su congreso constituyente.
VIENA
«Con plena conciencia de la trascendencia histórica de este día, declaramos fundada la CSI con 306 centrales sindicales nacionales de 154 países que representan a alrededor de 168 millones de miembros». Estas palabras de LeRoy Trotman, presidente del Grupo de Trabajadores de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), dieron paso ayer en la ciudad de Viena a la fundación oficial de la Confederación Sindical Internacional (CSI).Esta entidad, que tiene como objetivo unificar el movimiento sindical en el mundo para defender los derechos de los trabajadores ante «los desafíos» de la globalización, se convierte así en la mayor central sindical del planeta y de la historia después de la adopción de la declaración de principios y estatutos en la primera jornada de su congreso constituyente inaugurado ayer. El congreso se clausurará mañana. Cabe señalar que en la nueva central se fusionan las antiguas Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) y la Confederación Mundial del Trabajo (CMT), así como otras seis organizaciones sindicales independientes que no tenían hasta ahora afiliación internacional.
Cerca de 1.600 delegados Esta unificación de las principales corrientes sindicalistas apuesta por «un desarrollo a escala mundial más humano y más justo y solidario, que permita a todos el acceso a un empleo decente», dijo Emilio Gabaglio, ex secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), ante los cerca de 1.600 delegados participantes en el plenario, en el Centro de Congresos de Viena.
El objetivo de esta refundación del movimiento sindical es «garantizar una representación más eficaz de los trabajadores», señaló, por su parte, el británico Guy Ryder, hasta ayer secretario general de la CIOSL y único designado para el mismo cargo de la CIS. Ryder confirmó que la CIOSL decidió «por aclamación», en su décimo noveno y último congreso celebrado el miércoles, «proceder a su disolución y concluir así sus 57 años de historia», para crear la nueva central con «la voluntad fuerte y continuada de ceñirse a los principios del sindicalismo independiente y democrático».
«Nueva página de la historia» De igual manera, Willy Thys, ex secretario general de la CMT, confirmó la disolución ayer de esa confederación, en su vigésimo séptimo congreso, por una mayoría del 95%, y la aprobación de «la afiliación de noventa de nuestras organizaciones a la nueva confederación», mientras que seis «quedan como organizaciones asociadas».
Thys afirmó que «así pasamos una página de la historia, pero también decidimos escribir una nueva página. Esta será otra gran historia».
ELA, CCOO, UGT y USO, presentes en el congreso
Al congreso asistieron los sindicatos ELA, CCOO, UGT y USO, con sus máximos dirigentes a la cabeza. El secretario general de ELA, José Elorrieta, afirmó en Viena que «esta fusión ha posibilitado ya la incorporación de otras organizaciones, que todavía no es muy significativa en número, pero sí es significativa si se ve qué organizaciones han entrado». -
«Grandes expectativas» en América Latina
VIENA Los trabajadores de América Latina esperan de la nueva central mundial de sindicatos ayuda para afrontar las consecuencias de la lucha por los recursos de las grandes potencias económicas. Así lo explicó Víctor Báez, secretario general de la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT-CIOSL), horas antes de la fundación de la CSI. El líder sindical explicó que «para América Latina, las expectativas de esta unificación de los sindicatos a nivel mundial son grandes. El movimiento sindical internacional necesita coordinarse más y América Latina necesita esa coordinación», prosiguió. «Los actores principales en este momento, tanto a nivel económico como político, son Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Asia», subrayó Báez, antes de vaticinar que «todas esas regiones y actores, esos elefantes como nosotros les llamamos, van a establecer una pelea en América Latina». «O sea, América Latina va a ser la grama, el pasto, el piso, y todos sabemos lo que pasa con el piso cuando los elefantes pelean. De ahí que necesitamos una mejor coordinación con el sindicalismo europeo. Y necesitamos coordinación con el sindicalismo africano y con el asiático», insistió. «Posición común» Báez resaltó ya como un hecho positivo el que el movimiento sindical de algunas regiones de América Latina y el movimiento sindical europeo «se están poniendo de acuerdo sobre las cuestiones que van a reivindicar» en los tratados que se negocian o se van a firmar próximamente con la Unión Europea. Así, por ejemplo, si bien «está parado» el proceso de negociación para un tratado de libre comercio entre la UE y el Mercosur, «existe una posición común entre el sindicalismo europeo y el sindicalismo del Mercosur», recordó el líder sindical.
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