Oscuros intereses intentan frenar el debate sobre el TAV
Oscuros intereses políticos y económicos, que poco tienen que ver con los intereses reales de la sociedad de Euskal Herria, están marcando el desarrollo del proyecto de Tren de Alta Velocidad que impulsa el Gobierno de Lakua, que, por otro lado, ni siquiera ha conseguido del Estado español que se le «transfiera» la hipotética futura gestión de una infraestructura de semejante dimensión estratégica. En estos momentos, Lakua únicamente está jugando el papel de promotor de las obras, y lo está haciendo intentando ocultar a la ciudadanía el debate real: qué tipo de desarrollo se desea para el conjunto del país, qué rentabilidad social puede tener un proyecto como el del TAV, quiénes serían los auténticos beneficiarios de su puesta en marcha, por qué modelos de transporte se apuesta... Quienes consideran que es posible echar marcha atrás en este proyecto para que Euskal Herria avance hacia un modelo de desarrollo realmente sostenible social, medioambiental y económicamente encendieron ayer una nueva luz de alarma. La denuncia de AHT Gelditu! Elkarlana no es un mero brindis al sol, como quieren hacer ver los «pragmáticos» responsables de Lakua; por el contrario, es un llamamiento a la ciudadanía en general para que participen, desde el compromiso personal, en la toma de decisiones que afectan al conjunto social. -
Juicio contra SA: la libertad de expresión en el banquillo
Ayer, con el juicio en la Audiencia Nacional española a los miembros del grupo musical Soziedad Alkoholika, quedó patente, una vez más, la persecución a que es sometida gran parte de la población de Euskal Herria. Una vez más, junto a los componentes del grupo gasteiztarra, apareció la libertad de expresión en el banquillo de los acusados. Una justicia que funciona a impulsos mediáticos y que exige a los imputados demostrar su inocencia poco tiene que ver con la dama de los ojos tapados. -
Uno de los policías que mató a Menèzes tira de nuevo a matar
El CO19, cuerpo de élite de la Policía británica, cuya misión es «proteger a los ciudadanos y a agentes no armados» vuelve a estar en el ojo del huracán. Esta unidad fue la que llevó a cabo la persecución mortal de Jean Charles Menezès, joven brasileño empleado en el Metro londinense al que dispararon porque les pareció un «sospechoso terrorista». Revela ahora la BBC que uno de los policías que mataron a Menèzes ha causado una nueva víctima, esta vez en una intervención en un banco londinense. -
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