DONOSTIA

Los técnicos del Centro de Perfeccionamiento Técnico de Getxo (CPT), Jon Iriberri y el médico Josean Lekue, programaron unos entrenamientos específicos de esfuerzo, bajo la supervisión de Daniel Larruskain y el preparador físico Xabier Muriel. En concreto, se estudió la frecuencia cardiaca, la potencia (SRM) y el ácido láctico. Al final de cada test, y en periodos de dos-tres minutos, Lekue extraía sangre del lóbulo de cada uno para determinar la capacidad de recuperación.

Según Larruskain, el objetivo es «saber exactamente cuál es su estado de forma cara a Sydney», donde los tres corredores vascos lucirán su maillot rojo frente a los mejores especialistas del mundo.

Elorriaga y Alonso realizaron varias series tras moto, desde 40 kilómetros hora hasta 60, para determinar su ritmo en la prueba de americana. Uno de los objetivos era conocer a qué velocidad aparecía la fatiga. Los primeros síntomas aparecieron a partir de 55, «algo normal», según los técnicos.

Por último, realizaron dos vueltas lanzadas para especificar la velocidad máxima que son capaces de alcanzar el vizcaino y el guipuzcoano.

A Olaberria, por su parte, le realizaron un test en la prueba de persecución, para conocer en qué tiempos va a moverse en Sydney y orientar sus últimos entrenamientos. Su trabajo consistió en tres series, de un kilómetro, dos y tres, en ese orden, para averiguar su respuesta en cada kilómetro y la aparición de la fatiga.

Aunque Sydney llega pronto para todos, los resultados y las sensaciones de ayer fueron «satisfactorios», y en la próxima semana tratarán de alcanzar un estado óptimo, tras «retocar los entrenamientos». En cualquier caso, esperan que su mejor momento llegué a partir de Moscú (diciembre), Los Angeles (enero) y Manchester (febrero) para culminar en el Mundial de Mallorca (marzo).