Agurtzane JIMENEZ | Madre de la Ikastola Arangoiti de Irunberri
«Introducir alimentos ecológicos en el comedor del centro es muy positivo»
«La restauración colectiva con alimentos ecológicos». Este es el título de la conferencia que ayer dio Agurtzane Jiménez en el marco de «Nabarrabio 2006», una feria transfronteriza de alimentación ecológica que durante este fin de semana reúne en el Baluarte de Iruñea a 42 firmas, de las que 12 proceden del Estado francés. Todos los productos de esta feria ofrecen una alimentación ecológica certificada.
En la conferencia que ofreció ayer, Agurtzane Jiménez
dio a conocer la experiencia de la Ikastola Arangoiti, de Irunberri, en la que
los padres decidieron hace dos años introducir alimentos ecológicos en su
comedor escolar.
¿Cómo surgió la idea de introducir alimentos ecológicos en el comedor de la Ikastola Arangoiti?
La idea comenzó en el año 2004, cuando nos pasamos a la nueva ikastola, en la que teníamos nuestro propio comedor y nuestra cocina, porque hasta entonces no habíamos tenido ni una cosa ni otra. Nosotros formamos parte de una asociación de consumo de productos ecológicos, denominada Andurra, en la que estamos 24 familias, y desde allí decidimos promover la introducción de alimentos ecológicos en el comedor del centro. Esto se viene haciendo desde el curso pasado. Andurra es el nombre de un pueblo de los Urraules, y agrupa a personas de estos valles, del Romanzado y del propio Irunberri.
En concreto, ¿qué tipo de alimentos ecológicos se sirven en el comedor del centro?
Se han introducido frutas, verduras, arroces, legumbres y hortalizas. Lo hacemos porque creemos que una alimentación sana, con sabores y respetuosa con el medio, tiene que ser una alimentación ecológica.
¿Qué ventajas tienen con respecto a los alimentos convencionales?
En primer lugar, no tienen residuos, y además son más gustativos, es decir, nos recuerdan a los sabores de siempre. Las manzanas saben a manzanas, y lo mismo ocurre con los demás alimentos, que saben a lo que han sabido siempre. Y otra cuestión muy importante es que son respetuosos con el medio ambiente.
¿Son alimentos producidos en la misma zona de Irunberri o proceden de otros lugares?
Proceden de distintos lugares. La gestión del comedor no la hacemos directamente desde la ikastola, sino que la hace una empresa de restauración colectiva que se llama Jangarria. Entonces, ya tuvimos que entrar con distribuidores que les aseguraban una buena trazabilidad y una buena distribución, y también les aseguraban que siempre llegaban los alimentos, es decir, una continuidad.
¿Cómo ha sido acogida en la ikastola esta idea, tanto por parte de los alumnos como de los padres y profesores?
La idea ha sido muy bien acogida, y de hecho a partir de este año se amplía el número de productos. La mayor parte de las familias de la ikastola pertenecemos a grupos de consumo ecológico, y algunos también somos productores ecológicos.
¿Se trata de una experiencia novedosa, o se había hecho ya en otros comedores escolares?
Ya se habían hecho tres experiencias. Dos de ellas en Iruñea, concretamente en el Colegio Vázquez de Mella y en la Ikastola Paz de Ziganda, donde todavía continúan, y la tercera en la Ikastola Argia, que lo ha dejado.
¿Se ha introducido la alimentación ecológica también en otro tipo de comedores colectivos, como pueden ser las residencias de ancianos?
Sería aconsejable. Nosotros hemos comprobado que el incremento del costo de los alimentos ecológicos con respecto a los convencionales es totalmente viable y asumible. Es sólo un poco más caro, y conforme más se consuma, más bajarán los precios. Uno de los factores que aumenta el coste es la distribución, porque no hay unos canales de distribución como en la alimentación tradicional.
¿La alimentación ecológica en el comedor de la ikastola sirve también para concienciar a los alumnos sobre la importancia de lo que comemos?
La alimentación ecológica es algo que merece la pena. Nos parece importante que se introduzca en los comedores de los centros educativos, porque de esta forma estamos creando unas actitudes positivas en los alumnos hacia una alimentación equilibrada, sana y respetuosa con el medio ambiente. Además, creemos que es positivo para generar unos determinados comportamientos en los niños, de forma que, cuando sean adultos, puedan decidir por sí mismos qué tipo de alimentos consumir, sabiendo realmente qué es lo que consumen. -
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