Al contrario que su anterior película coral “En la
ciudad”, “Ficción” cuenta la historia de Alex (Eduard Fernández), un director de
cine «en crisis» que se refugia en casa de un amigo para intentar acabar un
guión que se le resiste. Lo que no sabe Alex, casado y con hijos, es que allí,
perdido en la montaña, vivirá una historia de amor «inusual».
¿Cómo describiría al personaje interpretado por Eduard Fernández?
Como un hombre reservado al que le cuesta expresar lo que siente y enfrentarse a ello. Viene a ser una continuación del personaje que hicimos con Eduard en “En la Ciudad”.
¿Es Alex una especie de alter ego suyo?¿Ha tenido usted también dificultades, ha sufrido durante la escritura de este guión?
Sufrir es una palabra demasiado exagerada. Nuestro trabajo es un privilegio en este planeta en el que vivimos. Digamos que tenemos nuestros mejores y peores momentos y que, como ocurre siempre en cualquier trabajo creativo, la confusión y la duda nos acompañan y nos alimentan.De una película coral ha pasado a trabajar
con un único personaje principal. De rodar en Barcelona, a hacerlo en la región
de la Cerdanya, en el Pirineo catalán. En cambio, los temas siguen siendo
prácti- camente los mismos. ¿Cuáles son esas cuestiones que le interesa
tratar?
Siempre giran alrededor de la contención emocional y de lo poco o nada que nos relacionamos con nuestros sentimientos y nuestras emociones más primarias e íntimas. Siempre siento que vamos en contra de ellos. Mis personajes se encuentran siempre perdidos en esa contradicción. Supongo que lo que intento es entenderlos y entendernos a nosotros a través de ellos.
En principio nos puede parecer que estamos ante una película, digamos, un tanto triste: Alex y Mónica (Montse Germán) renuncian en cierta manera a esa historia que surge entre ellos. Pero al final, los personajes gestionan bien el «conflicto». ¿Se puede considerar «Ficción» como una película con un mensaje optimista?
Totalmente. Porque, a diferencia de lo que ocurre en “En la Ciudad”, Alex y Mónica saben por qué han renunciado a su relación. Creo que hay siempre un cierto orgullo en cualquier renuncia, en cualquier sacrificio que le hace sentir bien a uno. Y, además, un buen beso quedará para siempre.
Podemos calificar la película de tranquila, con unos diálogos mínimos que esconden más de lo que cuentan. Pero al mismo tiempo, se mantiene la tensión durante toda la cinta. ¿Con esta última película, cree haber encontrado una manera de hacer cine?
Cada película es un viaje distinto. Supongo que la experiencia nos ayuda a conocernos mejor. Y si sintiera que he encontrado una fórmula para hacer películas, supongo que automáticamente me empezaría a aburrir y cambiaría de dirección. Sus películas tienen la virtud de ser una
especie de retrato generacional ¿Tiene voluntad de ello? ¿Le interesa hablar de
su generación, de los suyos?
Mis dos últimos largometrajes son retratos cercanos de personajes próximos a mí. Supongo que lo necesité después de que mis dos primeros filmes (“Hotel Room”, “Krámpack”) no lo fueran. No sé qué va a pasar con el próximo. Como dice el personaje de Eduard Fernández en “Ficción”, me gustaría mucho hacer una película de acción.
En el filme repite experiencia con un
enorme Eduard Fernández y se incorpora al equipo Javier Cámara, que interpreta
un personaje hecho a su medida. Completan el elenco de una más que correcta
interpretación Montse Germán, Carme Pla y Agata Roca. ¿Cómo ha sido la
experiencia de rodar con todos ellos?
Eduard ha sido mi cómplice desde el principio en este proyecto. Sin él no lo hubiera hecho, al igual que sin Agata, tampoco. Es mi mujer en la vida real y la de Eduard en “Ficción”. Eso era fundamental para mí. Para contar lo que cuento. Montse Germán fue mi apuesta personal, trabajar con alguien desconocido para el espectador, sin experiencia en cine. Montse ha conseguido hacerlo con la frescura y naturalidad que ella tiene, aunque tenga al lado al señor Fernández. Y a Javier le estoy muy agradecido por su implicación, su humildad y aceptar este pequeño papel sin pedir nada a cambio.
Es cierto que el cine de Cesc Gay no lo
calificaríamos como de «super ventas», no es un cine de grandes masas. Pero sí
que ha conseguido conectar con un público fiel que responde siempre. ¿Qué le
parece?
Esperemos que sea verdad y vayan también a ver esta película. Cada día está más difícil hacer películas un poco distintas y, sin el apoyo de este público que mencionas, se hace imposible. Mi película habla de la fidelidad y espero seguir teniéndola.
Puede que sea una pregunta precipitada,
pero ¿tiene pensado ya trabajar en algún otro proyecto?
Empiezo a pensar en él pero aún no se deja ver mucho. Prometo informaros. -
