SALUD LABORAL
Osalan y Eudel firman un convenio para prevenir el amianto
Osalan y Eudel han firmado un convenio de colaboración para que los trabajadores de las administraciones locales obtengan la adecuada formación e información de los pasos que deben de dar si están o han estado en contacto con el amianto. Este mineral es el causante de muchas muertes de trabajadores por cáncer. Todavía se fabrica y produce en el mundo, lo que genera mucha inquietud.
Osalan y Eudel, asociación de municipios de la CAV, firmaron la pasada semana un convenio de colaboración para adoptar medidas preventivas y formativas para los trabajadores de los ayuntamientos que puedan tener contacto con el amianto. Ese mineral está presente todavía en las estructuras de los edificios, calderas, hornos, tuberías de conducción de fluidos, entre otros lugares, y se deben de adoptar precauciones técnicas en los trabajos de desamiantado para evitar el contacto con sus fibras, que se instalan en los pulmones, lo que es el origen de determinados tipos de cáncer y que, en pocos casos, tienen curación.
Desde junio de 2002, la utilización, producción y comercialización de este mineral cancerígeno está prohibida en la UE, pero existe un proceso de desamiantado en el que es necesario adoptar medidas de control exhaustivas para no tener contacto con el amianto. Primero, se debe realizar un control de dónde existe y después retirarlo con seguridad.
Ignacio Murgia, director general de Osalan, afirma ante el convenio firmado con Eudel que «se pondrá en marcha la cooperación técnica necesaria para la investigación y el tratamiento adecuado del amianto, así como para la formación del personal, en este caso, de la Administración local con responsabilidad en la gestión de dicho material».
CCOO valoró de forma positiva el convenio, pero considera que se deben adoptar medidas preventivas en todos los servicios municipales que trabajan en contacto con el amianto porque sus consecuencias son graves para la salud de los trabajadores. Se calcula que en los próximos años morirán miles de empleados que trabajaron con ese mineral. CCOO apuesta porque el Gobierno español cree un Fondo de Solidaridad con las Víctimas del Amianto, igual que existe en el Estado francés, con el fin de que los afectados, muchos de ellos que padecen cáncer desde hace varios años, puedan contar con esas ayudas.
Todavía, de todas maneras, el amianto sigue manteniendo una producción elevada en el mundo. Los expertos mantienen un nivel de alerta ante esa situación y, sobre todo, por la presión que las multinacionales ejercen para el aumento de la producción. De hecho, el organismo dedicado a la protección de la salud de los trabajadores de la CES europea critica que la crisólita (amianto blanco) haya quedado fuera del convenio de Rotterdam para impedir la producción de ese tipo de asbesto en el mundo. Canadá, India, Rusia y Kirguizistán presionaron para evitar una declaración prohibitiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. El Convenio de Rotterdam, adoptado por ese programa de la ONU, tiene por objeto obligar a los exportadores de productos químicos peligrosos a informar al estado importador de la toxicidad de los productos y a obtener el consentimiento para realizar esa transacción. Los productores de ese mineral siempre se han opuesto a que aparezca el amianto en esa lista. Laurie Kazan Allen, de la organización Ban Asbestos, lamentó el retraso sufrido por esa declaración y dijo que «al menos 200.000 obreros morirán por enfermedades vinculadas al amianto antes de que la propuesta de inscribir la crisolita en la lista del convenio de Rotterdam pueda examinarse, de nuevo, en 2008».
Los trabajadores, en general, tienen que tener en cuenta que el empresario o la administración para la que trabajan, está obligado a proporcionales una formación adecuada que les permita «reconocer los materiales que puedan contener amianto» y, sobre todo, «saber qué hacer cuando se encuentren ante materiales sospechosos. Los empresarios, antes de demoler un edificio o cualquier parte del mismo o instalación industrial, deben examinar la existencia de productos derivados del amianto para evitar el peligro de contagio contra los trabajadores. Con el convenio entre Osalan y Eudel esta labor quedará garantizada con los trabajadores. -
BILBO
Medidas previas necesarias
Existen una serie de actuaciones que los trabajadores deben tener en cuenta y exigir, si es necesario, al empresario.
La primera es fundamental. Los trabajadores que puedan estar expuestos al «mineral asesino», como así se le conoce entre los expertos médicos, se deberán someter a un reconocimiento antes de que se inicien las obras y, al menos, una vez cada tres años, a partir de entonces mientras dure la exposición.
La vigilancia de la salud en los trabajadores es necesaria en general, pero entre quienes han estado expuestos es esencial. No debe posponerse en ningún momento. Además, ante cualquier duda de los trabajadores de si han estado o no en contacto con el mineral, «el reconocimiento exhaustivo debe ser obligatorio, teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos se mantiene latente en períodos de quince años y, cuando surge, ya prácticamente es incurable».
También es necesario mantener vivo el historial laboral del trabajador y su historia clínica.
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