La menarquia precoz no predispone a la obesidad, concluye un estudio vasco
Una investigación patrocinada por la UPV-EHU sobre 541 universitarias de los campus de Bilbo, Donostia y Gasteiz ha concluido que no existe una relación significativa entre haber tenido una regla adelantada, antes de los 11 años, y un problema de obesidad en la edad adulta, como indicaban otros estudios anteriores.
GASTEIZ
Diversos estudios realizados en la década de los noventa han sugerido que las mujeres que tuvieron una maduración temprana no sólo muestran una mayor tendencia a acumular más cantidad de grasa respecto a las que maduraron de forma más tardía, sino que, además, tienden a tener un patrón de distribución central de esa grasa. Desde mediados del siglo pasado se sugirió que la predisposición hacia ciertas enfermedades como la diabetes o hipertensión, tenía que ver también por cómo estaba distribuida la grasa en el cuerpo, no sólo de la cantidad de la misma. Sin embargo, otros estudios caminaban hacia el resultado opuesto, que una regla a edad más temprana no implicaba una relación con el grado de grasa a futuro.Con estas premisas, un equipo de investigadores de la UPV-EHU decidió analizar la relación entre la cantidad de grasa y su distribución con la edad de aparición de las primeras reglas, tomando como base un grupo de universitarias de los tres campus. «Se trataba de conocer si las mujeres que tuvieron una maduración sexual precoz muestran en la actualidad un exceso de peso y un patrón de distribución de grasa distinto de las que maduraron de forma más tardía», señalan sus autores en la investigación publicada en el último número de la revista electrónica ‘‘Antropo’’, editada de forma periódica por la UPV-EHU, de la mano del Departamento de Genética, Antropología Física y Fisiología Animal. Para llevar a cabo su investigación, se basaron en una muestra de 541 universitarias, con una edad media de 21 años. A todas ellas se les tomaron datos como la relación altura-peso, porcentaje de grasa o densidad corporal. En el análisis se consideraron menarquias tempranas las edades menores de 11,3 años, medias las comprendidas entre los 11,3 y los 14,2 años y tardías las mayores de 14,2 años. La edad media de menarquia resultante fue de 12,76 años y el mayor porcentaje de mujeres correspondió a la edad de maduración media.
Evidencias insuficientes
¿Cuáles fueron los resultados obtenidos? Los investigadores vascos pudieron observar en su estudio que «respecto a las maduradoras medias y tardías, las mujeres de menarquia temprana muestran una menor estatura, un peso más elevado y mayores valores para los pliegues de grasa subcutánea, aunque las diferencias no han sido significativas ni siquiera entre los grupos más extremos».De igual modo, el estudio señala que «cuando se considera el nivel de adiposidad de las mujeres estudiadas a partir del Indice de Masa Corporal y del porcentaje de grasa, también se observa que las mujeres con menarquia temprana tienen valores algo más elevados respecto a las medias y tardías». Sin embargo, los autores de la investigación publicada en la revista ‘‘Antropo’’ de la UPV-EHU concluyen que «a pesar de las evidencias encontradas, que indican un menor tamaño corporal, un peso más alto y mayores niveles de adiposidad en las mujeres de maduración temprana, en la población universitaria analizada no se encuentra una clara asociación entre la edad de menarquia y la adiposidad». De esta forma, sentencian que «no hay relación entre haber sido maduradora temprana y el hecho de tener en la actualidad un elevado porcentaje de grasa corporal, un alto peso para la talla o un determinado patrón de distribución de grasa».
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