BILBO
El punto cosechado in extremis en Valencia no arregla demasiado los agobios clasificatorios que padece el Athletic, pero refuerza el crédito de Sarriugarte y la plantilla que dirige después de las críticas recibidas tras la eliminación en Copa. Los rojiblancos mostraron otra cara y se implicaron a fondo en un encuentro que se había catalogado como trascendental para el futuro en el banquillo rojiblanco del de Zaldibar.El Athletic hizo frente a todo un equipazo como el Valencia gracias al acertado planteamiento de su entrenador y la actitud de los jugadores que se implicaron en el trabajo dejando claro que están con él.
Sarriugarte es consciente y nadie lo pueda negar, que está marcado por la forma en la que accedió al banquillo del primer equipo. La destitución de Clemente, una persona referente para gran parte de la afición rojiblanca, sigue en el recuerdo y es muy complicado quitarse esa mochila.
Si las circunstancias hubieran sido otras, el margen de maniobra y de confianza probablemente sería mayor porque es vital comenzar con buen pie un proyecto nuevo. Pero los apuros clasificatorias de la última temporada, la forma en la que salió el técnico de Barakaldo del club y el acceder al cargo avalado por un presidente como Lamikiz y un supuesto Consejo Deportivo que ya no existe pese a no tener experiencia en Primera, provocan que sea un blanco fácil.
Un equipo de mitad de tabla
Los resultados no están siendo demasiado buenos ocho puntos en diez jornadas y eliminados de la Copa a la primera, pero nadie se puede engañar y pensar que este Athletic debe pelear en la parte de arriba de la clasificación. Su zona natural es estar en mitad de la tabla y las circunstancias determinarán después dónde se coloca o a lo que aspira. Si la fortuna y los errores de equipos con mayor potencial le sonríen, tiene capacidad para luchar arriba, pero sino se queda abajo junto a otros muchos equipos.Además, el equipo está sin hacer como demuestran los cambios tácticos y de jugadores que ha efectuado en lo que va de temporada. Tras probar durante todo el verano con un sistema táctico novedoso, Sarriugarte sigue dando forma al equipo poco a poco. En su defensa cuenta también la plaga de lesiones que ha afectado al equipo que han limitado sus opciones.
Desde la actual Directiva nunca se ha puesto en duda su cualificación para dirigir el Athletic, por lo menos en declaraciones oficiales, aunque el silencio de los últimos días ha hecho pensar en todo lo contrario.
Alagos de la presidenta
En las únicas declaraciones realizadas hasta el momento al respecto, Ana Urkijo dejó caer tras el partido en Mestalla que a la Junta Directiva no se le pasa por la cabeza destituir a Sarriugarte y reclamó que «ahora lo que nos hace falta es un poco de tranquilidad porque hay que vivir con un poco menos de presión».La presidenta del Athletic incluso, felicitó al técnico porque «el planteamiento de partido que ha hecho Félix estaba muy bien pensado. He hablado con él antes del partido y sé que este punto no es fruto de la casualidad. El trabajo está ahí y y cuando se trabaja con seriedad se sabe que los resultados llegan».
Fernando Llorente, el autor del gol del empate y uno de los jugadores más criticados tras el partido contra el Mallorca, también salió en defensa del preparador de Zaldibar al indicar que «no sé si esta cuestionado de verdad, pero hay que darle tiempo porque es un buen entrenador».
Bulos y falta de seriedad
La agencia francesa AFP se apuntó también en las horas previas al partido de Mestalla a los rumores que vaticinaban un cambio de entrenador en el Athletic al asegurar que Luis Fernández habría mantenido contactos con directivos del Athletic y que podría encontrarse en Valencia viendo el partido, cuando después se señaló que se encontraba en París. Un bulo que no hace más que enturbiar un ambiente al que han contribuido supuestas declaraciones de directivos del club bilbaino que no actúan con el grado de seriedad que se les presupone. Si son realmente ciertas porque en ningún momento se citan sus nombres, dejan en muy mal lugar a los rectores del club ya que echan piedras contra su propio tejado.
BILBO
Pese a sus 35 años, Ismael Urzaiz sigue siendo un jugador determinante en el juego del Athletic como quedó demostrado en Valencia. El delantero navarro ha disminuido su participación en el equipo en los últimos años y también en la faceta goleadora, pero cuando está en el campo se hace respetar.
Con Urzaiz los defensores contrarios se ven obligados a pelear en numerosos cuerpo a cuerpo que les desgastan y facilita el juego ofensivo del equipo al poder recurrir a balones en largo que peina propiciando segundas jugadas.
Sin tener que elaborar demasiado el juego, el Athletic consigue plantarse con relativa facilidad ante la portería contraria.
Decisivo en el empate
La gloria y los titulares por el gol del empate se los llevó ayer Llorente, pero Urzaiz también fue decisivo en la jugada al peinar primero el balón enviado por Orbaiz y obligando después a los defensas del Valencia a seguirle dejando un poco más libre a Llorente.
El tanto debe ayudar a que el delantero riojano recupere la confianza y se fije en cómo actúa el de Tutera en el terreno de juego.
Llorente tiene más velocidad y puede caer con más facilidad a las bandas, pero si aprende a utilizar el cuerpo que tiene como lo hace Urzaiz, se convertirá en un jugador mucho más completo. Tiene mucho futuro por delante y atesora las mejores cualidades para convertirse en un jugador referencia en el Athletic para muchos años.