Jon Odriozola - Periodista
Nos guindan el yo
Escribo estas líneas con urgencia y cuando estoy a punto de tomar un vuelo que me lleva a Nowhere (o al Erewhon de S. Butler) o a la Ultima Thule. Solicito, de antemano, misericordia al lector o lectora por cualquier desmayo que encuentre en mi ortopraxis proverbial, que ya rebasa los seis años en este soporte al que tanto debo. Me comunican en el aeropuerto que tengo que meter mi cepillo de dientes y la pasta dentífrica siempre viajo con lo puesto, o sea, en bragas en un plastiquillo por mi seguridad y tal. A mi vez, pregunto: dígame, ¿hay aviones que no cubran mi seguridad? Quiero decir: ¿hay vuelos que me exoneren de estas, para mí, molestísimas incomodidades y me lleven a mi destino o fatum sin que me importe a mí ni a la compañía correr el riesgo de que sea secuestrado por hermosísimas «terroristas» de lengua semita o jafética o camítica que me lleven al infierno y descansar en paz? Se lo digo, señor, porque así como ahora da por saco entrar en una taska y te encuentras con que no puedes fumar y yo fumo como un carretero, oficio inexistente hoy pero que así oía yo decir en mi mocedad o, a lo más, te dividen el espacio geodésico entre no fumadores y apestosos, lo mismo, se me ocurre, podría haber aviones para gente atemorizada pero resignada a que velen por su seguridad, y aeronaves para gente temeraria y aventurera como servidor que no ha creído en la seguridad del Estado (salvo la suya propia, o sea, la clase dominante) en la puta vida. Si ya tengo que enseñar mi puto (joer, parezco Pérez Reverte escribiendo) limpiapiños, váyanse mucho a tomar... vientos Y la última. Ahora resulta que debo retirar el saludo a mis amigos de la Real porque el Athletic ha roto con ella. Soy del Athletic, soy fundamentalista y lo haré con disciplina. Y lo haré porque en mi casa éramos pocos y vi parir a mi abuela. Es en momentos así que me gustaría ser un ácrata para poder «pasar» del fútbol y sus torpes dirigentes. Y, por extensión, los medios que azuzan a las aficiones. Me gustaría ser andrógino o un tipo de género epiceno para estar por encima de esta circunstancia. Pero soy un ser escindido: soy fumador, del Athletic (no del megalómano Lamikiz) y quiero volar en aviones sin seguro. O en aeropuertos que no incordien. Y ni siquiera vasco, puesto que soy, así dicen, metonímicamente, vizcaino o, peor, un fanfarrón bilbaino (aunque yo sea de Lutxana-Barakaldo, ya ven mi pueblerinismo). Hay guasa pero también retranca insana y ojo con esto, que siempre se ríe el enemigo. Por cierto, veo que extraditan de París a Soto del Real al secretario general del PCE(r), Camarada Arenas, o Pedro, y en la prensa ni mu. Que fue el consejo que diera Mayor Oreja. Un hombre, un comunista, Arenas, íntegro. Y no escindido como yo. Nos roban el yo al menor descuido. -
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