GINEBRA
La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) denunció ayer la generalización y sistematización de la tortura en los centros de detención chechenos y la impunidad de la que gozan los perpetradores de esos abusos en la república norcaucásica administrada por Rusia. «Aunque no hay estadísticas disponibles sobre las detenciones ilegales y la tortura en Chechenia, nuestra investigación que ha registrado 115 casos entre julio de 2004 y el pasado setiembre sugiere que son sistemáticas», señaló la investigadora de emergencias de HRW, Anna Neistat.
El informe presentado por la organización al Comité de Naciones Unidas contra la Tortura indica que los métodos de tormento más comunes incluyen «apaleamientos prolongados, quemaduras con fuego o metales calientes, descargas eléctricas y amenazas de abuso sexual y de daños a los familiares».
Los datos facilitados por Neistat apuntan que esas prácticas las ejerce tanto el personal del Departamento de Operaciones y Búsquedas del Ministerio de Interior ruso, como el de «las fuerzas que actúan bajo el mandato efectivo» del primer ministro checheno, Ramzan Kadyrov.
El problema, según la ONG, es que las autoridades en raras ocasiones hacen algo para castigar estos abusos. Así, cuando los afectados se atreven a emitir una queja formal, los fiscales se niegan a abrir investigaciones, y los tribunales menosprecian las acusaciones de los detenidos, incluso cuando están avaladas por informes médicos.