BRUSELAS
Polonia vetó ayer en el marco del Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores de la Unión Europea dar a la Comisión Europea un mandato para comenzar a negociar con Rusia un nuevo acuerdo político que sustituya el actual, sellado hace diez años y que expira el 1 de diciembre de 2007. La delegación polaca exige reclamar a Moscú la ratificación de la Carta de la Energía, firmada en 1994 y que establece garantías respecto al suministro energético, antes de dar su visto bueno al mandato de negociación y reclama también resolver las cuestiones fitosanitarias pendientes con Rusia, que tiene suspendida la importación de carne polaca.
Dado que se requiere la unanimidad para que Bruselas pueda dar inicio a las conversaciones con Moscú, la cumbre fijada para el próximo 24 de noviembre en Helsinki entre la UE y Rusia, en la que teóricamente debería lanzarse la negociación, está en el aire a la espera de que Polonia levante sus reservas.
La comisaria de Relaciones Exteriores y Política de Vecindad, Benita Ferrero-Waldner, dijo «entender perfectamente» los problemas de Polonia, pero consideró que era preferible comenzar a negociar con Rusia y presionar a Moscú para que ratifique la Carta de la Energía.
También puso de relieve que si no hay ahora un acuerdo, el actual acuerdo está en vigor hasta finales de 2007 por lo que, de momento, no habría ningún vacío legal.
En otro tono afirmó que «esperamos tener una posición común para la cumbre», porque los principales responsables de la UE y Rusia «tendrá lugar» haya o no haya acuerdo entre los «Veinticinco».
La postura polaca no causó ninguna sopresa en Bruselas, dado el rumbo tomado por la diplomacia polaca desde la llegada de los hermanos Kaczynski al poder. Además de sus imprevisibles actuaciones, y más cuando se trata de Rusia.