Urge un compromiso con el planeta
La Conferencia sobre el Cambio Climático que se abrió el pasado día 6 entra hoy en su fase de alto nivel con la incursión en los debates de los representantes gubernamentales. La reunión que se celebra en Nairobi toma el relevo al encuentro celebrado, el año pasado, en Montreal y su objetivo es allanar el camino a la negociación de un nuevo acuerdo para la reducción de las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera que cubriría la etapa posterior al Protocolo de Kioto. Se trata en definitiva de fijar acuerdos que obliguen a los estados, y en particular a los países desarrollados, para un segundo periodo de compromiso, entre 2012 y 2018. Kioto comprometía a los países responsables del mayor volumen de emisiones a una reducción conjunta del 5,2%, lo que ayer era definido por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, como «un paso, aunque demasiado pequeño». Efectivamente, la Convención para el Cambio Climático plantea objetivos más ambiciosos, que deberían llevar a suprimir un 18% de las emisiones en el segundo periodo de compromiso, y alcanzar al 30% en el tercero, el comprendido entre 2018-2022. Sin embargo, es evidente que ello sólo será posible si los países industrializados dan un paso adelante en la reunión que se celebra en Nairobi. ¿Es razonable esperar un compromiso que allane el camino para que la comunidad internacional profundice globalmente y de manera concertada en la tarea de proteger al planeta? La Unión Europea se ha comprometido a explicitar a partir de enero su agenda para el periodo post 2012, que implicaría la adopción de nuevas medidas para prevenir el recalentamiento global. Una de las que más suenan estos días es la de aplicar el principio de que «quien contamina, paga», y más en concreto a implementar una «tasa del carbono», destinada a gravar los productos procedentes de países que no cumplen con las obligaciones fijadas en los acuerdos internacionales para atajar el efecto invernadero. Una de las dudas que planea sobre Nairobi es si la victoria demócrata en las legislativas estadounidenses llevará a Washington a cambiar, a corto plazo, su actitud. La falta de compromiso de EEUU ha lastrado Kioto y ha servido lamentablemente de ejemplo, entre otros, a los gigantes asiáticos. Con semejante lastre, la Conferencia de Nairobi no dará para fijar acuerdos y calendarios. A lo sumo, lanzará formalmente la negociación, desde el año próximo, del tratado que sustituya a Kioto. -
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